Era prioridad emergente consolidar nuestra identidad, fortalecer las redes, apostar desde el amor por una opción socialista sentida y pensada desde nuestras prácticas, ante los nuevos desafíos.
Holguín y Bayamo fueron los primeros en llegar, a las 9 am cuando todavía cantaba fuera de horario el gallo, interrumpían así el flujo rutinario de turistas y preparaban la alfombra roja para recibir a todas y todos los que llegamos después.
Más que redes, somos ya una verdadera familia fepadista, imperfectos todavía, con luces y sombras, pero dispuestos al compromiso de emanciparnos, de compartir sueños y utopías, de desafiar el inmovilismo.
El lobby del Neptuno no estuvo frío, ya el caluroso abrigo del dios del viento, abrazaba a más de 200 hermanos y hermanas, que con su carnaval de equipajes y tarjetas magnéticas en mano, entre brazos y besos, pugnaban por alcanzar los elevadores.
En una carpa, armada en el jardín exterior, simulacro de foro romano o de circo griego, pero muy a lo cubano, sucedieron las teorizaciones, los análisis y místicas, más allá de las religiones, las profesiones…Sin importarnos si éramos negros, mestizos o blancos, compartimos las mismas expectativas: dialogar, proyectarnos,rReconocernos e integrarnos, entonar nuevas alabanzas.
Cantó Silvio con Trovarroco de Villa Clara, abrió, no podía ser de otra manera con su “Cita con Ángeles”, disertó el legendario Frei Betto, trovaron Eduardo, Sosa y Tony Ávila y más de un fepadista desafinado fue corista feliz de inteligentes y comprometidas canciones que permanecerán.
Estuvo presente Colombia, Venezuela, Brasil, El Salvador, el frente de Resistencia de Honduras, juntos todos, creyentes, ateos, excépticos, apegados a idiomas conocidos o dialectos indígenas, nos dimos la mano para danzar por una América Libre y Unida.
El final, luego de continuas ingestas, originadas por los excesos alimentarios en las mesas bufet del Restaurante comedor, resultó tan emotivo y lúcido como el principio del convite, ahí estaba “La Colmenita” de Cremata, para recordarnos que todos tenemos un poquito de muchachos, y sacarles al más varón, en cascadas unas incontenibles lágrimas.
En la memoria van a quedar los cuatro días de intensas emociones, la presencia cercana del Reverendo Raúl Suárez, con su mano en el arado.
Van a permanecer también, Dios mediante, los enredos del Boletín y el
Échale Salsita Radial, los sustos de los perdidos en el Hotel Tritón y el lenguaje extra-verbal de los atorados en un elevador.
Y es que mi cama, Lady Gaga, ya no huele a ti, ni a tu perfume de miel, porque ahora huele a FEPAD (Formación en Educación popular a distancia), por más que lo intento ya mi cama no huele a ti, solo huele a FEPAD, por más que lo intento, su olor me persigue y es que mi cama huele a ti, al olor del jardín de la esperanza y FEPAD, huele a ti.
Por: Pedro Luís Jiménez Calvo, integrante de la FEPAD en Guantánamo