Se habla de más de 2 mil ONG inscritas para ayudar a este pueblo pero la realidad es que no son visibles los resultados y mucho menos cuantitativamente. Por otra parte las tropas de las Naciones Unidas aumentan en número de soldados cada día en una nación que lo que más necesita es una mano amiga capaz de colaborarle en medio de tanta necesidad.
No hay empleo para la población local, lo que les obliga a caminar sin rumbo en busca de alguna manera de subsistencia. Los niveles organizativos y de control son insuficientes, y cada persona hace lo que entiende que sea lo mejor. También se experimenta un incremento de la inseguridad en el país, provocado por las campañas políticas en aras de las elecciones presidenciales a celebrarse el venidero 28 de noviembre.
El sismo de hoy es mucho mayor, cuando la desesperanza y la tristeza de las personas más pobres se hace más visible. Se puede palpar al mirar a cientos de niños y niñas pidiendo limosnas en las calles; muchos, perdieron a sus seres más queridos, a sus padres. Pienso que solo Dios puede hacer un milagro a favor de este país, y levantar a un líder capaz de guiar a esta nación a ser verdaderamente libre.
por: Rv. Ezequiel Batista Civil, desde Haití