Consta de dos partes, la primera, “La agresión del capital al sector agrícola”, describe las estructuras que imprime al agro mundial el principio de maximización de las ganancias que otorga su esencialidad el capitalismo con el consabido detrimento de las potencialidades de soberanía alimentaria en países y regiones.
En la segunda parte, “El sur es la víctima que paga”, confluyen ejemplos de varios países del Tercer Mundo que develan con claridad el impacto de la dominación del capital internacional en las agriculturas nacionales y regionales.