El estímulo y respaldo a la creación artística legítima de cada comunidad o pueblo, que privilegien lo autóctono y la variedad, constituyen signos ineludibles de identidad y soberanía, y de eso se trata cuando se habla de diversidad cultural, tema que centra el V Congreso Internacional Cultura y Desarrollo, que se desarrollará durante esta semana en La Habana.
El momento no podría ser mejor: los procesos sociales que se viven en varios países de Latinoamérica con amplio respaldo popular, los nuevos proyectos que cómo la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) abren perspectivas para los pueblos del Sur. Por otro lado, ya está desenmascarada la patraña imperial del uso de la llamada “world culture”, o más bien, basura cultural.
Tal panorama signado por la globalización que busca la homogeneización de la cultura y sus nefastos efectos en el mercado en las industrias culturales del arte en diversas latitudes, han multiplicado la respuesta de especialistas, académicos, artistas y promotores de Europa, América Latina, el Caribe, Asia y África, para analizar en esta cita la posibilidad de salvaguardar la diversidad cultural frente a la mediocridad.
Cuba no está ajena a esos desafíos de hoy, pues el sutil mensaje de la basura cultural puede actuar mediante seriales televisivos, películas o cualquier otra manifestación.
Lo que se necesita es cultura para distinguir entre la valía de una obra artística y lo malo adornado con mucha fanfarria para hacer creer que se trata de una propuesta válida. Lo que se necesita es darle paso a la rica diversidad desconocida de nuestros pueblos, por qué no?
Lo que hay que globalizar es la diversidad. Esa es la que tiene que estar presente en todos los medios y lugares, reconocida, admirada, estimulada y protegida, reflexionó en fecha reciente el viceministro primero de Cultura de Cuba, Rafael Bernal, presidente del comité organizador del Congreso.
La cooperación para propiciar el desarrollo cultural de los pueblos, es un buen camino en el objetivo de hacer realidad lo aprobado en el 2005 por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), conocida como Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones culturales.
El apoyo a los artistas en Cuba, incluso con el arreciado bloqueo económico de la mayor potencia del mundo contra la Isla, ha contribuido a su desarrollo cultural, plural y diseminado por cada punto de la geografía nacional, desde los patrimoniales proyectos de Las Tumbas francesas, en el oriente cubano, hasta Los Muñequitos de Matanzas, con su rumba trascendente.