Afirma que ya no es el Silvio de antes. Que ha envejecido. Por lo menos físicamente. “Antes no tomaba tantas pastillas como ahora”, dice. Sin embargo, asegura que su esencia sigue intacta y su fortaleza y rebeldía también, pues, en caso de que muriera Fidel e invadieran Cuba, “no dudaría en tomar el fusil para defender mi tierra”.
El trovador cubano Silvio Rodríguez está en el Perú nuevamente después de 20 años y mañana recibibirá el título Honoris Causa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, algo que lo deja mudo de la emoción.
–¿Si tuvieras que hacer canciones al Perú, a qué personajes incluirías en las letras?
–A Javier Heraud, un joven poeta que cayó combatiendo por la dignidad de los más humildes. A César Vallejo y probablemente algo de la cultura inca que nos representa a los latinoamericanos.
–¿Por qué cree que las canciones de protesta siguen vigentes?
–Porque hablan de las cosas que le pasan a la gente y siguen vigentes porque la gente se sigue amando y porque en el mundo existen las injusticias y las guerras. Hay la necesidad de defenderse de los agresores.
–¿Cómo ve la realidad latinoamericana?
–En los últimos años hay una realidad más esperanzadora. Han surgido gobiernos que defienden cada vez más los derechos humanos de sus países. Tengo una buena opinión de Evo Morales (Bolivia), Hugo Chávez (Venezuela), pero también de otros que no son tan revolucionarios, que han parado eso de que sea Washington quien diga la última palabra, como el caso de los gobiernos de Uruguay, Brasil y Argentina.
–¿Cómo ve a su país, Cuba, dentro de cincuenta años?
–Quiero que sea un país donde todas las balsas del mundo se dirijan a él como un rincón luminoso de esperanza.
–¿Cree que el modelo político de Cuba sigue vigente en estos tiempos?
–Puede modificarse para mejorar. Creo que en Cuba y en todos los lugares el progreso debe abrirse paso.
–Si Fidel Castro muriera, ¿dónde se autoexiliaría?
–No tengo dónde. En todo caso sería a San Antonio de los Baños, que es mi pueblo natal. No creo que el futuro de Cuba dependa de la partida de Fidel. Con o sin Fidel, los cubanos no vamos a regresar a ser una neocolonia del imperio. De eso no tengo la menor duda.
–¿Mantiene esa rabia que manifiesta en sus canciones?
–En cierta forma mantenerme en Cuba es un compromiso físico, porque voy a correr la misma suerte que Cuba. No creo que la invadan, pero, si así sucediera, no me quedará otra que coger mi fusil y defender mi tierra. Conforme pasan los años los retos cambian. No tengo ningún deseo de salir a arriesgarme a nada. Pero si me vienen a buscar tampoco creo que lo rechace.
–¿Qué retos le faltan por emprender?
–El de la muerte. Ese es el reto supremo.