En diálogo con el panel inaugural, en esta comisión se abordó el estado de la crisis mundial, donde se subrayó el aspecto medioambiental. También se destacó el hecho de cómo se utiliza más que el militarismo, a algunas instituciones “de la democracia” contra procesos legítimos de los pueblos.
No obstante, al hacer un balance de lo logrado se mencionó a procesos como el de Bolivia que ha colocado en jaque a las transnacionales; pasos importantes en la integración a partir del ALBA, con lo que se han beneficiado muchos pueblos. Se ha devuelto la vista a 3,5 millones de personas gracias a la colaboración y la solidaridad de médicos cubanos; se ha alfabetizado a 6 millones y una 11 millones han salido de la pobreza. Estas son cifras que dan cuenta de un proyecto y sus resultados concretos.
Sin embargo desde los movimientos populares quedan muchos desafíos. Hace falta una alternativa económica seria frente al neoliberalismo. La economía, incluso de los procesos llamados progresistas se basa en el extractivismo, lo que agudiza la crisis actual. El momento es oportuno para instalar coordenadas que permitan reencontrarnos, no para secuencias de eventos ni balances paralizadores, sino, como se dijo en la Cumbre de Río, pasar del mundo posible al necesario. Esto requiere una transformación donde no se desmovilicen las fuerzas populares.
Las intervenciones volvieron a apuntar que se visualiza más una disputa sistémica pero menos del modelo de desarrollo. No se cuestiona la forma de producción de la riqueza.
En ese sentido, hay que trabajar con conciencia y movilización social; potenciar la lucha desde el sentido de la articulación; generar espacios donde la crítica y la autocrítica sean màs profundas a partir del reconocimiento de que estamos avanzado; marcar el horizonte socialista y construir desde ahí; continuar la discusión en torno a la relación movimientos sociales-gobierno, ya que en este decenio se ha comprobado que desde el gobierno hay potencialidades de cambio.
Por otro lado, hubo reclamos que han sido luchas permanentes y que se pretenden sean parte de los encaminamientos de este evento entre ellos: la salida de las bases militares del territorio latinoamericano; reafirmar algunas acciones definidas en la CELAC; continuar la construcción o reconstrucción de un modelo alimentario soberano; persistir en la lucha contra el neoliberalismo y el capitalismo; por el agua, la tierra, la biodiversidad.
Al recorrer el contexto mundial, las intervenciones coincidieron en las potencialidades del movimiento popular actual en América latina y la necesidad de su articulación en la región y con otros movimientos de diferentes ares a nivel internacional.