Dada nuestra solidaridad con el pueblo de Venezuela y nuestro compromiso con la paz con justicia señalamos:
1. Condenamos cualquier intervención militar en Venezuela, promovida directa o indirectamente por los EEUU o a través de terceros países. Tales acciones desafían el derecho del pueblo venezolano a la autodeterminación y empeoran su infraestructura y sus medios de vida. Hacemos un llamado a los EE. UU. el gobierno atenderá el llamado a un alto el fuego global del Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), Dr. Antonio Guterres, quien dijo: “Es hora de poner el conflicto armado en un encierro y enfocarnos juntos en la verdadera lucha de nuestras vidas”.
2. Instamos al gobierno de los EEUU a eliminar todas las sanciones económicas impuestas contra Venezuela. Estas estrategias no servirán para otro propósito que no sea dañar a quienes ya están sufriendo y quienes son los más vulnerables a COVID-19. Las sanciones económicas también afectarán negativamente los entornos políticos y sociales necesarios para una solución pacífica a la crisis en Venezuela.
3. Instamos al movimiento ecuménico internacional: todas las iglesias y religiones en los EEUU y en todo el mundo: los gobiernos, las Naciones Unidas y todas las personas de buena voluntad se unen para rechazar cualquier intervención militar contra Venezuela, eliminar las sanciones económicas contra este país y afirmar su derecho a la autodeterminación y la soberanía.
Hacemos un llamado a las iglesias en los Estados Unidos y en todo el mundo, así como a todas las personas de buena voluntad, para aumentar las oraciones y los actos de paz, justicia y reconciliación para el pueblo de Venezuela. Son nuestros vecinos y nos solidarizamos con ellos.
Que Dios nos guíe en ese esfuerzo.