Yo mismo no tenía muchas esperanzas de que no lo mataran; pensaba que la derecha que le había dado el golpe de estado, no cometería el mismo error que en Venezuela, permitiéndole a Chávez un retorno triunfal, rescatado por el pueblo, que no tiene precedente en la historia latinoamericana y creo que ni en el mundo.
Lo habían retirado por la fuerza, en ropa de dormir, desde su residencia en Honduras y lo habían descargado en el “pesebre” que ya Oscar Arias le tenía preparado en Costa Rica, para que continuara durmiendo hasta las próximas elecciones en Honduras.
Mientras las condenas al golpe de estado se estuvieron moviendo por los corredores y reuniones de los organismos multilaterales del hemisferio e incluso en la ONU, todo marchaba bien, para alimentar las esperanzas de un retorno a su cargo por parte de Zelaya. Pero en cuanto la Sra. Hilary lo invitó a Washington, todo comenzó a cambiar. El asunto del golpe de estado fue sacado de los múltiples ámbitos políticos que lo condenaban, deviniendo secuestrado por la administracion norteamericana, particularmente por el Departamento de Estado, de Estados Unidos.
La maquinaria de poder del Imperio, comenzó a moverse y lo primero que hizo fue empezar a cambiar los matices explicativos, de lo que había sido una condena firme, ante lo que sin ambages había sido considerado como un golpe de estado militar. Inmediatamente aparecó la derecha, desvirtuando la realidad; entre ellos Otto Reich, quien aprovechó para tratar de quitarse de encima las acusaciones de estar vinculado al golpe, cosa que no es muy dificil de creer.
Sin dudas, al entrar en escena la Secretaria de Estado Norteamericana, del brazo del Sr. Oscar Arias, todo continuó cambiando y empezaron a moverse intenciones de políticas nuevas.
Al Sr.Arias, en particular, lo conocemos bien, por convicción, no hace nada que no le convenga a Estados Unidos. Como no hay nada más importante que un día tras otro, está claro para muchos, que todo estaba preparado y que Oscar Arias fue, desde el principio, una pieza clave de esa maquinaria que la Clinton echaba a andar.
El presidente Obama se encontraba en Rusia, donde dijo, que el único presidente de Honduras, era Zelaya. Por su parte, la Secretaria de Estado, ante dos preguntas que le solicitaban calificar el golpe, como decimos en cubano, ”se pasó con fichas “.Nunca respondió.
Inmediatamente comenzó a ponerse de manifiesto, algo que ya hace rato dijimos, “Obama es solo el presidente”. El verdadero poder no está en la oficina oval de la Casa Blanca. Comenzando entonces a producirse una diferencia sustancial entre lo que América Latina y el Caribe estaban dispuestos a defender y las promesas ya hechas por Obama, de una nueva política, que parece no estar en condiciones de cumplir.
Obama había despertado muchas expectativas de lo que podría ser su política hacia el hemisferio, a partir de su delicada, negociadora y esperanzadora actitud, en la reciente Cumbre de las Américas, en Trinidad y Tobago.
Pero me pregunto, en términos de un cambio real de la vieja política hacia América Latina y el Caribe, desplegada por George Bush, ¿qué puede realmente hacer Obama, con un Dimitri Negroponte como subsecretario de estado, después de haber este ocupado cargo en los más altos niveles de los servicios de inteligencia y ser uno de los artífices principales de la guerra sucia en Centroamérica, en particular en Honduras; cuatro embajadores en Centroamerica nombrados por G.Bush; un Secretario del Pentágono, que fue el mismo de la administración anterior y una Secretaria de Estado tan “independiente”. Como si fuera poco, un Vicepresidente que habla de la soberanía de Israel para darle respuestas a Iran, mientras que se olvida de la soberanía de Iraq?
Obama podrá ser sincero en querer cambiar la política hacia América Latina y el Caribe, pero ha hecho muy pocas cosas, por no decir nada, para ayudarse así mismo. Al mantener en el poder al mismo equipo que le está saboteando sus intenciones de política.
Lo que está ocurriendo en Honduras va a tener, pienso ya tiene, un gran impacto, no solo para las que continuamos creyendo, son las intenciones políticas de Obama en América Latina y en Caribe, sino para toda su estrategia política a nivel mundial. Las intenciones (al parecer sanas) de Obama de mejorar el prestigio internacional de Estados Unidos, han entrado en una “caida libre”, que se asemeja mucho a lo que le esta ocurriendo con la crisis economica.
No es posible, ni por asomo, imaginar que lo que ahora ocurre en Honduras es un hecho aislado, protagonizado por un grupo de locos, a los que se les ocurrió dar un golpe de estado; y ni siquiera tampoco imaginarlo como una venganza contra alguien que hasta hace muy poco militaba dentro de la oligarquía hondureña. No, se trata de algo que va mucho mas allá.
Se trata de que la derecha trabaja para dar marcha atrás a los procesos progresistas y liberadores que están teniendo lugar en América Latina y el Caribe. Incluso, yo diría, en todo el mundo, porque sus planes son globales, lo cual es peligroso no solo para tales procesos, sino también para Obama como presidente. Recordemos lo que le ocurrió a J.F.Kennedy, cuando quizo hacer modificaciones en la política de Estados Unidos hacia América Latina y en particular hacia Cuba.
Argentina, Brasil, tal vez también Uruguay y Chile, estan amenazados por el retorno de las oligarquías.
Un triunfo de la derecha en este hesmisferio, no está aislado de sus intenciones en procesos como los de Iraq, Afaganistan, Iran, Rusia e incluso, China. Pues más que la politica particular hacia un país o región del mundo, de lo que se trata es de que, en medio de la situación actual tan grave que vive Estados Unidos, se abre un enconado y agresivo debate dentro de los medios politicos norteamericanos, acerca de hacia dónde debe ir el Imperio; si debe adaptarse a las nuevas condiciones de supervivencia o recuperar a ultranzas las posiciones, que aun no todos consideran perdidas.
Me pregunto, ¿se puede confiar en un Presidente que dice o acuerda, algo a nivel internacional, y que cuando retorna a casa, tiene la retaguardia en su contra? Es como para preocupar a todos. Es como para pensar que se puede estar negociando con un presidente, que su poder se reduce a que le sirvan el café de la mañana en la Oficina Oval y le entreguen el parte de inteligencia, con el que no va poder hacer mucho.
Las fuerzas de extrema derecha, ese apróximadamente 30% que siguió a G.Bush hasta el precipicio, están bien articuladas y trabajando fuertemente para sabotear las políticas de Obama, en algunos casos no solo en los Estados Unidos. Mientras que las fuerzas políticas que quizás siguen a Obama, son una amalgama desarticulada e inconstante, que solo votó por Obama en medio de una crisis que elevó al máximo las preocupaciones del norteamericano medio, ante la realidad de que el “sueño americano” devenía, como nunca antes, en una pesadilla.
Todo ello se ve más dramático ante las expectativas que la campaña presidencial de Obama fue capaz de levantar. Se dice que mientras más arriba se llega, la caída puede ser más catastrófica.
Es cierto que Obama es el presidente que tanto interna como externamente, más políticas ha movido en tan poco tiempo de mandato. En tal sentido, el saldo de sus primeros seis meses de administración pudiera ser considerado como positivo, pero en términos de resultados concretos, tiene muy poco o casi nada que exhibir.
Obama ya aparece como un presidente débil, sin poder, dominado también por el idealismo de creer que en Washington hay predominio de moralidad en política. Aunque lo cierto es que las experiencias vividas hasta ahora, solo le pueden decir que es abismal la diferencia entre el Estados Unidos que Obama tiene en su cabeza, en sus sueños de “poder inteligente” y el Estados Unidos real.
Esos sueños aparecen inteligente y brillantemente modelados en sus discursos, pero, como sabemos, entre el discurso y la política real media casi un abismo. Pues como ha dicho el Comandante en Jefe Fidel Castro, “Una cosa es la presidencia y otra es el imperio “.
Terminaron las negociaciones orientadas por la Clinton en Costa Rica, entre los Golpistas y Manuel Zelaya, mediadas por Oscar Arias. ¿Cuáles fueron los resultado de esas negociaciones?
Se dice que llegaron, entre otros, a los siguientes acuerdos:
1- Zelaya retornará a Honduras como presidente.
2- Se organizará un gobierno, llamado de Unidad Nacional.
3- Se adelantan las Elecciones Presidenciales.
4- No se admite el proceso para poner la cuarta urna.
Aquí se ve claro el “rodillazo” que la Hilary Clinton, debe haberle dado a Oscar Arias por debajo de la mesa, diciendole “entreténlo”, refiriéndose a Zelaya. Aquí están también los arreglos de la Clinton con la derecha norteamericana y con los golpistas en Honduras. Como se puede observar, tres para los golpistas y una para Zelaya.
Con tales acuerdos, el Presidente hondureño, podría tranquilamente sentarse en su casa, a esperar que llegue el día de las elecciones, sin poder hacer prácticamente nada. A no ser, que al estar en el país, su presencia levante a las masas hondureñas, momento en el cual Estados Unidos entonces sí enviaría a la Cuarta Flota y activaría su base militar en Honduras.
Al mismo tiempo, Obama apoyará tales acuerdos y trabajará en función de ellos, ya que los mismos, le premitiran “lavar un poco su cara”, ante la vergonzosa actitud, que ha puesto de manifiesto su incapacidad para manejar los hilos de la política hacia América Latina y el Caribe. Me pregunto ¿pueden confiar América Latina y el Caribe en Obama? ¿Puede confiar el mundo en Obama.? El daño de todos modos ya está hecho. Incluso a Obama.
Yo dije en un artículo publicado en enero del 2009, que el presidente Obama reúne todas las características personales y políticas, para devenir en un demagogo y que sea muy difícil descubrirlo.
Cuba, en particular, debiera tomar nota.