Esta Asamblea se da en el marco de las masivas manifestaciones que se realizan en Río de Janeiro y otras partes del país, exigiendo mejoras sociales, principalmente en el campo de la educación, las mismas que han sido duramente reprimidas por los gobiernos estaduales. Asimismo, Jubileo Sur/Brasil y otros vienen denunciando la inmensa inversión que el Estado brasileño destinará a la construcción de infraestructura para la realización de megaeventos deportivos como la Copa Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos del 2016, significando el desplazamiento forzado de comunidades y graves impactos sociales, ambientales y económicos.
De igual forma esta Asamblea tiene lugar en un marco de fuerte resistencia y movilización frente a la crisis sistémica y civilizatoria capitalista que a nivel mundial continua profundizándose, poniendo en evidencia también entre muchos pueblos y países del centro mismo del sistema el rol que juega el endeudamiento financiero en los procesos de acumulación, concentración y financiarización económicas, de dominación y de exclusión.
Si bien la Asamblea pudo constatar la emergencia de nuevos desafíos a la estructura y las instituciones actuales del poder capitalista e imperialista, se vio con mayor fuerza la crítica situación que hoy enfrentan los pueblos en todas partes de nuestra América y del mundo, ante la vertiginosa aceleración de los procesos de producción y consumo que provocan el deterioro socioambiental y climático y cuyo sostén se basa además en la proliferación de guerras de baja y de alta intensidad, de diversas formas de control de las poblaciones y la manipulación de los medios de comunicación.
Una vez analizada la situación mundial y regional vemos con especial preocupación la arremetida capitalista y extractivista en todos los países: con el impulso de proyectos de explotación petrolera y minera; la expansión del agrocomercio con plantaciones forestales y monocultivos industriales para agrocombustibles;, la construcción de megaproyectos hidroeléctricos, ciudades modelo, como los casos de Honduras y Ecuador, entre otros, y de infraestructura como los canales interoceánicos en Nicaragua y Guatemala. Constatamos además el avance de proyectos relacionados con el capitalismo verde y la mercantilización de la naturaleza.
Estos proyectos están generando el desplazamiento de comunidades indígenas y campesinas y la destrucción de la naturaleza. Los campesinos e indígenas que, al ser desplazados de sus tierras migran a las ciudades son también desplazados de las mismas, viviendo situaciones extremas de vulnerabilidad, como sucede en Guatemala.
Constatamos que el modelo neoliberal privatizador que aún persiste en la región, así como el modelo de modernización capitalista desde los Estados llamados progresistas, promueven estos mismos proyectos extractivistas, de agronegocios e infraestructura, en beneficio de las empresas transnacionales, púbicas y privadas, y en perjuicio de las comunidades y la naturaleza. Se ha evidenciado además nuevos actores transnacionales relacionados con los países BRICs.
La Asamblea de Jubileo Sur / Américas constata que la continuidad de estos modelos y proyectos sigue basándose en fuertes procesos de endeudamiento financiero, sean éstos internos o externos, con sus múltiples impactos para las futuras generaciones y la naturaleza. A la impronta de las instituciones financieras y comerciales internacionales cuyo rol en la región hemos venido denunciando, vemos que se suman también nuevos actores regionales, como por ejemplo el CELAC, la UNASUR o el Banco del Sur, los cuales en algunos casos si bien han despertado cierta expectativa, aún no manifiestan cambios de la envergadura necesaria para revertir las condiciones históricas de dependencia y dominación que siguen caracterizando nuestra región.
Las acciones de resistencia y movilización frente a estos proyectos han sido fuertemente criminalizadas por empresas y gobiernos. El control en los territorios avanza también a partir de golpes de Estado como los de Haití, Honduras y Paraguay y la militarización, como la ocupación de la MINUSTAH en Haití y el aumento de bases y otras formas de presencia militar extranjero, sobre todo de EE.UU. y otros países de la OTAN.
Frente a este panorama, las organizaciones que formamos la red de Jubileo Sur / Américas, nos comprometemos a fortalecer nuestra articulación y avanzar con nuestras luchas en defensa de los derechos de los pueblos y de la naturaleza, en contra de toda forma de endeudamiento ilegítimo y de dominación capitalista, imperialista, sexista y racista. Para lo cual expresamos en especial los siguientes apoyos y demandas:
Nos solidarizamos con los pueblos de Paraguay, Haití y Honduras por su lucha contra los golpes de Estado perpetrados por grupos económicos vinculados con intereses transnacionales en detrimento de los pueblos y la naturaleza.
Hacemos un llamado a las organizaciones de la región para que se solidaricen en las luchas de las comunidades originarias y campesinas, en Centro América, el Caribe, la región andina y Sur América, en contra de los proyectos extractivos, agronegocios, hidroeléctricas y por el derecho a sus territorios comunitarios y ancestrales.
Apoyamos el rechazo del pueblo costarricense a la demanda impuesta a Costa Rica por la Transnacional minera Infinito Gold de Canadá, por 1092 millones de dólares, basada en un tratado bilateral entre los dos países, por la moratoria a la minería a cielo abierto lograda por la resistencia social.
Nos unimos a la lucha del pueblo costarricense por la derogación de la ley de concesiones que permite la entrega de los bienes públicos y sus tierras y recursos a manos de las transnacionales y rechazamos la criminalización de la protesta social y el avance de la persecución sindical en el país.
Compartimos la exigencia del pueblo salvadoreño para que se ratifique el derecho humano al agua y a la alimentación; se apruebe la ley general de aguas, ley de soberanía alimentaria y ley para la prohibición de la explotación minera y se revierta la Ley de Asocio público-privado. Pedimos la anulación del Acuerdo de Asociación de Centro América con la Unión Europea.
Nos solidarizamos con el pueblo Garífuna de Honduras en su lucha por impedir la instalación de las llamadas Ciudades Modelo, que son enclaves transnacionales, que los desplazará de sus tierras ancestrales.
Respaldamos el Derecho a la Ciudad reclamado por los desplazados urbanos tanto en el Brasil, Guatemala, como en otros países de la región.
Nos solidarizamos con la campaña YASUNIDOS y el pueblo ecuatoriano en la defensa del YASUNÍ, su biodiversidad y pueblos amazónicos en aislamiento voluntario; y hacemos un llamado al Gobierno ecuatoriano para que mantenga la iniciativa de dejar el crudo bajo tierra en el Bloque ITT, como un ejemplo al mundo por un cambio de modelo hacia el sumak kawsay.
Apoyamos al pueblo haitiano en su lucha por recuperar su soberanía, exigiendo la salida de la ocupación militar de la MINUSTAH desde hace casi diez años y la reparación de los daños causados por las tropas de Naciones Unidas, principalmente los graves impactos producidos por la enfermedad de la cólera que ha cobrado nueve mil vidas y contagiado a setecientas mil personas.
Llamamos al apoyo internacional al reclamo de reparaciones por la deuda histórica que Francia debe a Haití, por el pago de su independencia y antiesclavismo.
Nos oponemos a la ley para la reconversión de la deuda en Honduras, que propone entregar recursos y territorio como pago de las deudas financieras acumuladas por el Estado golpista.
Exigimos que se elimine la persecución y criminalización a las luchas de los pueblos por defender su soberanía y autodeterminación, sus territorios e identidades y todos los derechos humanos, sociales y ambientales, incluyendo en especial el desprocesamiento incondicional de los compañeros de COPINH perseguidos por la defensa del Río Gualcarque frente a la construcción inconsulta de una represa hidroeléctrica en los territorios lenca en Honduras.
Respaldamos al pueblo argentino en su lucha y derecho a no pagar lo que no se debe: deudas ilegítimas e ilegales que no beneficiaron al pueblo; y su reclamo por una auditoría integral y participativa de la deuda. De igual forma, la anulación de los tratados de protección a las inversiones y de todo contrato que cede soberanía y jurisdicción a los mercaderes de capitales. Respaldamos al pueblo Qom y otros, en la lucha por la restitución de sus territorios; por el rechazo a la megaminería y el fracking y la expansión de la frontera sojera.
A 40 años del golpe militar-neoliberal en Chile, respaldamos la lucha de los estudiantes por educación gratuita y de calidad, y de los movimientos sociales por la recuperación de los recursos naturales y bienes comunes quen ha sido privatizados y mercantilizados.
Llamamos la atención por la deuda social y ecológica generada por los Estados nacionales que cada vez más transfieren recursos públicos al servicio de inversores privados. Garantizan infraestructura como carreteras, energía, puertos y aeropuertos, para las grandes empresas transnacionales. Ese dinero debería ir para salud y educación pública de calidad.
Llamamos a los países a promover la armonía con la naturaleza con el fin de alcanzar un justo equilibrio entre los derechos y las necesidades económicas, sociales y ambientales de los pueblos y las generaciones presentes y futuras.
¡No debemos, no pagamos!
Somos los pueblos los acreedores
Sanción de los crímenes y fin a la impunidad
Reparación de las deudas sociales, ecológicas, económicas e históricas
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