Cuando la vida se complejiza, y el contexto muestra que requerimos de mayor organización dentro del movimiento para lograr eso que deseamos, revisitar los referentes políticos que guían nuestro trabajo es fundamental.
El legado de Martin Luther King es parte imprescindible de lo que hacemos, decimos,
y pensamos, y de la alianza política que construimos con otros movimientos y organizaciones sociales y políticas. Somos resultado también de esa lucha histórica por la justicia y los derechos.
A Martin Luther King se le recuerda fundamentalmente por la defensa de los derechos
de las personas negras en Estados Unidos y la cultura de la no violencia. Sin embargo, la
lucha política del bautista estadounidense, si bien tiene esa universal, no se agota en ella.
Este número del boletín Caminos, del movimiento CMLK-Redes, intenta rescatar
parte del legado político de Martin Luther King para hacer una lectura histórica y pueda
servir de instrumento para el trabajo cotidiano en las Redes que el CMLK anima.
Por su parte, la entrevista a la coordinadora ejecutiva del Centro Memorial Martin
Luther King (CMLK), Izett Samá Hernández conforma uno de los artículos de la propuesta
editorial, la cual nos acerca a los movimientos populares y la lucha por los derechos en
Estados Unidos, así como los desafíos que dicha lucha presenta en el contexto actual.
En este sentido el pensamiento y accionar de Martin Luther King en el contexto de la
lucha por los derechos civiles en Estados Unidos enarboló la lucha pacífica y la no violencia. Sin embargo, en un análisis histórico y teórico de su pensamiento y del contexto por la
defensa de los principios emancipadores, el tema de la violencia despierta otras lecturas.
“La violencia no es neutral, ni ahistórica; no es una conducta universal que emana de
un código moral unívoco. Su contenido, su alcance, su sentido se enmarcan en contextos
de opresión o de liberación. La actitud de resistencia, y sus métodos, es una manera activa
de enfrentar las manifestaciones de la exclusión, del sometimiento, del quiebre de los derechos humanos, sobre todo el esencial derecho a la vida”.
Así fundamenta el educador popular Ariel Dacal en su texto Violencia no, pero sí que
dicho acto, en el que “toda ruptura con un orden opresivo, simbólico y material contiene
algún tipo de violencia que provee la capacidad de transformar las condiciones”.
Otros materiales y análisis en torno de la figura Martin Luther King se conectan en esta
herramienta de trabajo. Una reseña sobre la película Selma hace reconectar esos sentimientos de justicia con el arte y la cultura, como movilizadores y espacio de construcción de subjetividad.
De igual manera, se narra parte de los talleres realizados por el territorio red de Villa
Clara, además de la experiencia latinoamericana del Centro Memorial Martin Luther King
de Uruguay. ¿A qué otros principios políticos nos sujetamos como educadores y educadoras populares, personas de fe que aspiran a transformar el mundo, pero no desde el discurso hueco, sino desde acciones pequeñas y constantes que sean radicales y eficaces? Ojalá este boletín puede contribuir a pensar en ello.
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