Más allá de las bancas parlamentarias es necesario dejar de lado el optimismo y pensar en función a un escenario adverso, para así realizar una autocrítica desde las izquierdas.
Luego de estas elecciones la principal tarea de las izquierdas, posterior a una profunda autocrítica, debiera ser rearmarse en torno a un programa común.
Las izquierdas llegaron a estas elecciones totalmente fraccionadas, las candidaturas por separado del Frente Guasu, Avanza País, Kuña Pyrenda y Partido de los Trabajadores, dan cuenta de ello.
El proceso de atomización de las izquierdas debe concluir solo así se podrá hacer frente a un escenario social y político dominado totalmente por la derecha. Es necesaria la unidad, es necesario volver a coincidir en un instrumento político-electoral común, que al tiempo que canalice necesidades de los movimientos sociales, sirva para confrontar electoralmente a los grandes partidos de la oligarquía (ANR, PLRA).
Por otra parte, urge la necesidad de una renovación total de la dirigencia de izquierda a favor de liderazgos más jóvenes, dinámicos y con vocación de poder no marginal.
Las izquierdas paraguayas necesitan volver a ganar las calles con protagonismo propio o desde los movimientos sociales, no será en el congreso –órgano burgués por excelencia- donde se desarrollarán los mayores conflictos sociales. La izquierda necesita volver a acompañar las demandas ciudadanas en la calle. De lo contrario lo que se podrá hacer en el congreso será ínfimo.
Poderes Locales y Caudillismo
Otra de las tareas urgentes de las izquierdas en Paraguay es la construcción de poderes locales. Hoy la distribución de gobernadores electos corresponde solamente al partido Colorado y Liberal. Las izquierdas, aunque consientes que el poder significa territorio, desde el 2008 han priorizado una estrategia contraria a la construcción de poder desde las bases territoriales, apuntando a ocupar cargos en los poderes ejecutivos y legislativos. Urge retomar una construcción de poder desde las bases territoriales.
Por último, todavía es necesario desmontar mecanismos verticalistas, jerárquicos y caudillistas a favor de mecanismos horizontales, participativos y de diálogo, que permitan una construcción más amplia y diversa de una sola izquierda paraguaya, sin que lo diverso vaya en desmedro de la necesaria unidad ya mencionada.