El capitalismo tiene la solución para la crisis ambiental global que él mismo causó: la economía verde. Las grandes transnacionales están utilizando la problemática ambiental como pretexto para lanzar un nuevo asalto contra los recursos naturales del planeta que aún quedan por apropiar.
La economía verde hará su presentación en sociedad el próximo mes de junio en la conferencia de Naciones Unidas conocida como Río+20, a celebrarse en la ciudad brasileña de Río de Janeiro. Este evento marcará el vigésimo aniversario de la Conferencia Mundial sobre Ambiente y Desarrollo de la ONU, conocida como la Cumbre de la Tierra, también celebrada en la misma ciudad. En la Cumbre de la Tierra el sector corporativo se presentó a sí mismo como salvador de la ecología con sus conceptos de ambientalismo corporativo y responsabilidad social empresarial. Los ecologistas progresistas, nada impresionados con ese supuesto compromiso ambiental, acuñaron el despectivo término “lavado en verde”, para describir aquellas campañas corporativas que no pasan de ser montajes publicitarios.
“Hace 20 años, la Cumbre de la Tierra consolidó el concepto de ‘desarrollo sustentable’ para salvar al capitalismo en medio de las crisis sociales y ambientales que él mismo había provocado”, declaró la organización ecuatoriana Acción Ecológica. “Con Río 92 se quiso mantener el crecimiento económico, y salvaguardar la producción en masa y el sobreconsumo con el diseño de nuevas políticas ambientales a nivel global. Desde entonces no solo el ‘desarrollo sustentable’, acompañado de políticas neoliberales, agravó los problemas socioambientales, sino que se pretende nuevamente utilizar el tema ambiental como herramienta para que el capitalismo enfrente la crisis en la que se encuentra inmerso.”
Están negociando ya un borrador
En preparación para la Río+20 los organizadores de la ONU están negociando un texto titulado “El Futuro que queremos – Borrador Cero del Documento de Río+20”.
Acción Ecológica advierte que “en él se afianzan los principios neoliberales del crecimiento como meta, el mercado como gestor de la sustentabilidad, la adjudicación de precios sobre todo lo imaginable, mayor privatización de los bienes comunes, como los océanos y los bosques, y la necesidad de planes de ajuste estructural ambiental. El ‘borrador del Documento Cero’ acaba con el principio clave de las responsabilidades comunes pero diferenciadas y refuerza el voluntarismo convirtiendo a las corporaciones en líderes de la sustentabilidad y entregando el destino del planeta a las instituciones financieras internacionales.”
Reordenamiento discursivo
Silvia Ribeiro, del Grupo ETC, plantea que “Río+20… podría ser clave para un reordenamiento discursivo y geopolítico global, consolidando nuevos mercados financieros con la naturaleza y más control oligopólico de los recursos naturales, legitimando nuevas tecnologías de alto riesgo y creando las bases de una nueva estructura de gobernanza ambiental global que facilite el avance de una ‘economía verde’ en clave empresarial.”
La sociedad civil está preparando como respuesta una Cumbre de los Pueblos por la Justicia Social y Ambiental y una Asamblea Permanente de los Pueblos, a celebrarse en Río de Janeiro de manera paralela con las actividades oficiales de Río+20. “Por Nuestros Derechos y los Derechos de la Naturaleza, contra la Mercantilización de la Vida y el Reverdecimiento del Capitalismo”, dice la convocatoria, lanzada por Amigos de la Tierra, Vía Campesina, Grito Continental de los Excluidos, Jubileo Sur, Oilwatch, el Movimiento Mundial por los Bosques y varias organizaciones.
Dice la convocatoria que el concepto de desarrollo sustentable, “complementado por el de ‘responsabilidad social corporativa’ y subvertido hasta la médula por la simultánea apertura y desregulación neoliberal y la financiarización globalizada de la economía capitalista hegemónica, hoy provocan estragos en la vida de los pueblos y del planeta, y amenazan con impactos aún peores. Y es esta agenda que se profundiza a través de mecanismos y políticas de ajuste estructural de la llamada ‘economía verde’. Tal cual como la agenda neoliberal de privatizaciones de servicios públicos en los 90, viene a liberalizar la Naturaleza y su acceso por parte de los mercados, dividiéndola en componentes –como el carbono, la biodiversidad o los servicios ambientales– para generar al mismo tiempo títulos de especulación financiera, el control corporativo, la pérdida de soberanía alimentaria y el vaciamiento de los territorios.”
La convocatoria afirma y defiende el derecho de los pueblos, particularmente los más vulnerables, a sus territorios, a la tierra, al agua, los alimentos, la energía, las semillas y medios de vida dignos, y reivindica los derechos de la Tierra. En entrevista con Radio Mundo Real (RMR), los organizadores sostuvieron que hay que convertir a Río+20 en un proceso mundial para el fortalecimiento de las luchas y resistencias por sobrevivencia mediante la construcción de alternativas no-capitalistas, como la soberanía alimentaria, y perciben la multicrisis económica, ecológica, alimentaria, energética, democrática, climática, de derechos y de género como parte de una “crisis civilizatoria”.
En su reportaje, RMR informa que habrá movilizaciones, acciones concretas, talleres de formación y actividades autogestionadas, siempre con un fuerte sentido de defensa de la vida, la soberanía, la autodeterminación, la igualdad, los derechos humanos y los derechos de la naturaleza.
“Río+20 tiene que ser un punto de partida para una sociedad más justa y más solidaria”, cierra el llamado.
Para mayor información: http://carmeloruiz.blogspot.com/search/label/Rio%20%2B%2020
Carmelo Ruiz Marrero
Periodista puertorriqueño
