Agradecimientos, abrazos, sonrisas, cordiales saludos y discretas
alegrías resumieron el sentir de los treinta fepadistas que ya culminaron
el módulo de Trabajo grupal y coordinación de grupos con
delegados del poder popular, en la provincia de Guantánamo.
La satisfacción por las experiencias vividas y el agradecimiento por
lo aprendido en cada encuentro florecieron ante la triste-alegría por el
inevitable final y la posibilidad del reencuentro en un nuevo curso el
año próximo. El intenso calor de esa mañana multiplicó las emotivas
sensaciones en gestos revestidos de optimismo y esperanza para con
nuestras vidas.
Caminos sobran para escoger, no obstante, fuimos cautos y nos
deseamos puntualidad, optimización del tiempo y respeto al criterio
ajeno. Estas fueron sugerencias que quedaron plasmadas en un
papelógrafo a la vista de todos en el local del Centro para el Desarrollo
Integral de la Ciudad de Guantánamo que nos acoge, mes tras mes.
Este rincón se ha convertido en el aula de los fepadistas de nuestra
provincia y desde su apertura sirve como sito de reuniones para los
miembros de la Red en el territorio.
La gente del grupo que viene desde los municipios de
El Salvador, Manuel Tames y Yateras no se cansa de elogiar nuestra
sede. Por lo general, son los primeros en llegar y los últimos en irse.
Hay quien asegura que el transporte y la lejanía son la magia de
su prolongada estancia. Otros sostienen que la fuerza y el espíritu
del Centro Memorial Martin Luther King se adueñaron de ellos con
particular fuerza. ¡Vaya usted a saber dónde está la verdad!
La coordinación —esta vez a cargo de Mileidys, Miriam, Yuliet y
Goliat— mereció la gratitud colectiva por guiarnos con buen ánimo
en todas las actividades realizadas durante el desarrollo del módulo,
que se integra a nuestras prácticas cotidianas con los conocimientos
y técnicas aprendidos en los dos anteriores: Concepción y metodología
y Comunicación y educación popular. Yamilé, Roy Roger,
Yarisleydi, del municipio El Salvador; y Yoendris, Iriannis y Annia,
jóvenes promotores culturales de Yateras y artífices del proyecto
El amor toca tu puerta, dan fe de ello con sus intervenciones comunitarias
en los lugares donde residen.
Sólo una palabra para cada quien era permitida mientras se vivía
el embrujo de la vela encendida, que pasaba de mano en mano,
como maratón por la esperanza, el humanismo, el amor, el porvenir,
la transparencia, la unión, la fuerza, el desarrollo. Lo demás quedó
en nuestros corazones y en la luz repleta de buenos augurios, a decir
de muchos, para los próximos cursos de nuestro grupo.