Queridos amigos:
Muchas veces he pensado en este día, en el que René terminaría su injusta condena y saldría en libertad. Sobre todo, en aquellos más de ocho años en que soportaba sobre mis hombros la descomunal, errónea sentencia de cadena perpetua que se me impuso siempre veía una luz, siempre tenía un motivo de alegría al pensar en la llegada de este día.
Pienso que mis hermanos han sentido lo mismo. No todo será como quisiéramos. No hay como reparar el daño. No hay como revertir la injusticia. Pero en el fondo hemos sido siempre hombres libres y a partir de este 7 de octubre lo seremos más.
Acabo de escribir estos versos que comparto con ustedes.
OTRA BREVE CARTA A RENÉ
Hermano:
Por fin la larga espera se hizo día
con el peso de todo el tiempo ido,
con las luces de un cálido sonido
apagando la voz de la sombra sombría.
Te imagino cruzando el mediodía
lentamente, como un niño perdido
recorriendo un lugar desconocido
que comunica al llanto y la alegría.
Te imagino de regreso a ese mundo
donde la vida exhala su fragancia
lleno de paz, de sueños y de fe.
Te imagino, con tu mirar profundo
mirándonos de cerca en la distancia,
saboreando un buchito de café.
Cinco abrazos.
¡Venceremos!
Antonio Guerrero Rodríguez
6 de octubre de 2011
FCI Florence