Lorena Martínez. Red de Educadoras y educadores populares de Matanzas
Esta va a ser una ¿presentación? totalmente personalizada.Soy parte de la red de educadores populares Libélulas de Matanzas. A nosotros, los educadores populares, nos es esencial formar a las personas en su propia realidad, desde ella. Comprendemos a la educación como un proceso de auténtica participación popular.
Consciente y activa, la realidad de cada comunidad es la fuente de conocimientos para llegar y partir, desde la cual cada quien sea capaz de reflexionar, informarse, actuar. Educar es dar caminos a la conciencia solidaria, conducir a la acción, lograr una praxis transformadora en cada barrio, institución, ciudad…
Trabajamos para lograr una práctica social común, coherente, dinámica, de todos/con todos y para el bien de todos, vinculados a la historia y a la circunstancia personal de cada quien y conforme a sus interpretaciones ideológicas. Contemplamos la realidad sino, juntos, intervenimos en ella, transformando sus sentidos, cambiando de ella todo lo que deba ser cambiado, defendiendo una manera crítica y creativa el diario quehacer.
Aspiramos a una comunicación múltiple y diferente donde la palabra sea antecedente y esencia del acto de comunicar, diálogo y creación. Al comunicarnos, iniciamos un proceso de intercambio colectivo compartiendo conscientemente mensajes, por uno u otro canal de las cuales cada actor saca sus propias conclusiones, vivencias y valoraciones. Sobrevivir al egoísmo, salvaguardar parcelas de bien común, juntos, participar, ayudar y ser solidarios, comunicarnos cara a cara son nuestros objetivos.
Expongo lo anterior no por defender un credo sino para decir que fue un hombre nacido un 13 de agosto de 1926, de quien primero aprendí estas lecciones, que luego otros amigos y amigas hicieron crecer en mí. Para mí Fidel fue, es y será nuestro primer y mayor educador y comunicador popular.
Y lo creo así por su identificación oportuna de los problemas reales del país, su llamado a de la comunidad en cada proyecto revolucionario; la manera en que sus estrategias comunicativas y de gobierno implicaban participación, respeto al entorno, respuesta rápida y activa de los actores sociales.
Feliz mediador de muchísimos conflictos, no empanó la verdad, ni desvirtuó valores sino que siempre supo mirar con ojos propios, en sistema, sin perder los arboles ni al bosque. Nadie como él fue capaz de usar de manera eficaz tradicionales y/o novedosos códigos comunicativos y llenarlos de contenidos revolucionarios, plenos de empatía, y solidaridad, fuerza, sinceridad y valentía para persuadir, movilizar, explicar y también para reconocer errores.
Educador Popular por respetar la voluntad y la creación popular, el diálogo y su cultura; admiré en él su flexibilidad política ante las condiciones nacionales e internacionales, el carácter motivador de sus actos, discursos y propuestas reflexivas y educativas.
Más que cualquier otro educador popular supo utilizar de manera óptima los recursos disponibles sin dejar de responder a los intereses de su pueblo sin perder la justicia social que preconizaba.
Si necesitan aun convencerse de ello, les invito a leer, en casa y con la calma necesaria, el dossier que aparece sobre el líder histórico de la Revolución Cubana, en la revista Caminos del CMLK, defensor (el dossier) de una gráfica no institucionalizada combinando un texto del profe sabio y educador popular Fernando Martínez Heredia sobre Fidel con los de Rafael Hernández, Gloria Muñoz, Jesús Guanche, y del escritor uruguayo Eduardo Galeano sobre un hombre al que ni amigos ni enemigos pueden dejar de nombrar.