Desde el propio 28 de junio del 2009 recibimos de la resistencia hondureña lecciones de humanismo y rebeldía. Hemos hecho nuestras sus razones, porque además del compromiso revolucionario, de esta necesidad histórica de unirnos, nos conmueve el palpitar de las luchas del corazón.
Hasta aquí llega el olor a tierra y mar que dejan sus pasos. Nos solidarizamos con esa permanente marcha en contra del capitalismo, el patriarcado, la discriminación racial, étnica, sexual y por una Nueva Constitución Popular, Incluyente, Democrática, Indígena y Negra.
Nos atrajo su convocatoria: “Es necesario que traigan sus símbolos indígenas, mantas y que prepararen sus presentaciones para compartir en el común lo que es representativo de su cultura. No importa que los compañeros y las compañeras que asistan no sepan leer ni escribir, y es fundamental que vengan muchas mujeres”. Cada trazo es una evidencia de que la nueva nación se teje desde abajo, con muchas manos, y que la educación popular empieza a transitar del postergado sueño a la vida.
Pueblos indígenas y negros de Honduras, reciban un abrazo del Centro Martin Luther King. Desde La Habana, Cuba, saludamos la esperanza y la fe que nos devuelven sus días en revolución.
Centro Memorial Martin Luther King