En esta ocasión Santiago de Cuba, al oriente del país, comenzó la marcha a las 7.30 am, media hora después lo hacían miles de hombres y mujeres en el resto de los territorios. En la capital la Plaza de la Revolución José Martí, dio paso durante dos horas, a 10 bloques de sindicatos obreros y a estudiantes.
La celebración del Día Internacional del trabajo no empieza con mayo, desde antes en los centros laborales y estudiantiles, se hace el llamado a participar y se preparan iniciativas y carteles que luego serán portado por sus propios hacedores entre la multitud.
La convocatoria de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) enfatizó la importancia de “frente a la injerencia yanqui y de la Unión Europea,” mantenernos unidos a la Revolución y defender nuestro deber de hacer del trabajo una fuente de vida. La campaña mediática contra el proceso revolucionario fue un móvil para salir a las calles en rechazo al concierto mediático, que de seguro no dio cuenta esta vez, del apoyo del pueblo a la Revolución y sus líderes históricos.
Se repetían las imágenes del Che, Camilo, Fidel y Raúl o las consignas “pa lo que sea, Raúl” o “Raúl pichea que Obama no batea”, en una mezcla de ingenio popular y afición beisbolera.
Muy cerca del monumento escultórico del Héroe Nacional, que preside la Plaza de la Revolución en La Habana, Raúl Castro y otros dirigentes cubanos e invitados internacionales, saludaban a la multitud.
Especialmente emotivo fue el desfile ante esta tribuna de un bloque femenino. Mujeres jóvenes y otras no tanto, portaban banderas y la insignia de la Federación de Mujeres Cubana, ahora como homenaje a Vilma Espín, fundadora y presidenta de esa organización de masas. Las mujeres en la Isla son el 65.6 % de la fuerza técnico-profesional, por lo que su rol en la vida laboral es de suma importancia.
Otras llevaban reproducciones de dibujos de patriotas cubanas de todos los tiempos, realizados, desde cárceles estadounidenses, por Antonio Guerrero, uno de los cinco cubanos presos por combatir el terrorismo contra la Isla, que se orquesta desde Miami.
Familiares de estos luchadores con injustas condenas y representantes de los Comités Internacionales de Solidaridad con su causa, estuvieron bien temprano junto al pueblo en la Plaza.
Los jóvenes cerraron la marcha en esta mañana de sábado. Retomaron el lema de su organización que sintetiza tres ámbitos de acción fundamentales para la juventud: el estudio, el trabajo y el fusil. Muchachas y muchachos de la enseñanza media y universitaria avanzaron como parte de ese grupo que desde las aulas se prepara para ser en un futuro cercano, los profesionales del país. Tras ellos estudiantes de la enseñanza técnica, que recordaban en una gigantografía un llamado del presidente Raúl a “trabajar duro” como parte de la aspiración por elevar la eficiencia económica y la productividad.
Por último las y los jóvenes de la enseñanza militar, que tienen la responsabilidad de defender la soberanía de la patria.
Desde otras latitudes
Unos 1300 invitados de distintas nacionalidades apreciaron el desfile en La Habana. Pero más allá de este dato, ofrecido poco antes de las palabras de apertura, pronunciadas por Salvador Valdés Mesa, secretario general de la CTC, entre los participantes capitalinos, era frecuente ver ondear una bandera de otro país o a improvisados fotógrafos y fotógrafas que dejaban memoria gráfica de esta jornada que quisieron compartir con cubanas y cubanos.
La Isla, a pesar de ser blanco de campañas de desprestigio internacional, sigue siendo el sitio del encuentro de miles de personas que no quieren que su 1ro de mayo pase como un día más.
fotos: Dela