Colombia, con siete bases militares. Honduras bajo un golpe militar legitimado por una elección sin legalidad. La IV Flota reactivada el 1 de julio de 2008, tras más de 50 años desactivada y cuya función es patrullar el Atlántico Sur y ahora el creciente proceso de militarización de la ayuda humanitaria en Haití.
El pasado 13 de enero, el mundo se despertó con un desastre de dimensiones asombrosas: 1 / 3 de la población de un país, tres millones de personas sin hogar, más de 100 muertos, alrededor de 40 mil mujeres embarazadas sin ninguna perspectiva de un techo para proteger a sus hijos. La comunidad internacional se está moviendo a un ritmo lento para responder lo más pronto posible a esta tragedia: el terremoto del 12 de enero en Haití.
¿Cómo explicar que la distante China envie alimentos que llegan màs rapido que desde los EE.UU., que está menos de una hora de vuelo de Puerto Príncipe? ¿Cómo explicar que más de dos mil infantes de marina son las primeras en “mercancias” de los EE.UU. para contribuir con la isla caribeña?
Cuba, Venezuela y hasta la Comunidad del Caribe (CARICOM), envió de inmediato a su personal médico calificados para los desastres de esta magnitud. Un avión de la CARICOM no pudo aterrizar en el aeropuerto Toussaint Louverture, y tampoco otro avión de la Fuerza Aérea Brasileña. Ambos tuvieron que aterrizar en Santo Domingo, República Dominicana, una vez que la Infantería de Marina de Estados Unidos tomó el control del aeropuerto y del puerto de los haitianos.
Cabe la pregunta: ¿cómo cerrar los puertos y los aeropuertos después de una tragedia de esta dimensión cuando la comunidad internacional se moviliza para enviar medicamentos, alimentos y ropa? ¿Cerrar los puertos y los aeropuertos no constituye una estrategia de guerra? Como siempre se supo.
Desde 2004, Haití està ocupada por las tropas de la ONU a través de la Misión de Estabilización en Haití – MINUSTAH. Desde entonces, varias organizaciones nacionales e internacionales se han posicionado para la retirada de las tropas. Después de seis años de presencia en el país, se hizo poco para la reconstrucción de Haití.
Sabemos que el mando militar de esta misión está a cargo de Brasil. Por declaraciones emitidas en diversos medios de comunicación, nos enteramos de que las tropas brasileñas están haciendo un campo de entrenamiento en Haití. Como ya se publicó en otros artículos, estos entrenamientos sirven al proceso de militarización de varios suburbios. No es de extrañar la formación de estos soldados en las favelas de Rió de Janeiro. Ellos van a Haití y luego regresan a la ciudad de Río, como fue el caso de la ocupación de Morro da Providencia por la Guardia Nacional en 2008.
En este momento de desastre, nos preguntamos: ¿qué papel tiene la MINUSTAH? ¿Dónde estaban los soldados en los primeros días de la tragedia? Las noticias que llegan de Haití son que la población pobre fue absolutamente abandonada.
Con el creciente papel de EE.UU. en el proceso de militarización de la ayuda humanitaria en Haití, nos preguntamos ¿qué hace el presidente Obama, encontrando poco que se puede enviar tropas que pueden alcanzar el número 14 mil millones, movilizar a Bill Clinton y George W. George W. Bush para ser los coordinadores de los esfuerzos en la reconstruir de Haití.
¿Cómo explicar que en un país tan pequeño y tan pobre en el Caribe, dos ex presidentes de los principales poderes de guerra del mundo – los EE.UU.- sean designados para cuidar su reconstrucción? ¿Qué hay detrás de todo esto? En nuestra opinión, son las estrategias de los diferentes tipos de militarización en nuestros países de América. Estamos viendo en vivo y en directo, en nombre de la ayuda humanitaria, un país ocupado militarmente después de una catástrofe monumental.
Por lo tanto, debemos fortalecer el grito por el retiro de las tropas de Haití. No màs ayuda humanitaria con las tropas militares. El pueblo haitiano, a través de sus organizaciones y movimientos sociales, debe ser apoyado para que su voz hable màs fuerte en el proceso de reconstrucción.
Desde el pasado lunes (18/01) se estableció en Brasil, el Frente Nacional de Solidaridad con el Pueblo Haitiano compuesto de movimientos sociales del campo y la ciudad, los sindicatos, la iglesia social, el movimiento negro, de mujeres, en fin un espectro amplio de las grandes organizaciones de la izquierda brasileña. La tarea central es trabajar junto a las organizaciones sociales de Haití y por el retiro de las tropas. Mucho trabajo por delante. La reconstrucción de Haití será lenta. Pero no nos olvidemos de la deuda histórica que todos tenemos con este país. Haití fue la primera nación del mundo en abolir la esclavitud. ¿Será que ese fue su pecado?
por: Sandra Quintela, economista, miembro del Instituto de Políticas Alternativas para el Cono Sur (PACS) / Red Jubileo Sur