La película cuenta la relación entre dos niños, Jorgelina, que viene de la ciudad, y Mario, un muchacho de campo que experimenta una transformación sexual progresiva de su cuerpo.
A través de la comunicación y la solidaridad, los niños logran sortear las adversidades de un contexto rural hostil y consolidan una relación que los marcará para toda la vida.
El jurado del Premio, integrado por la productora Catherine Murphy, el fotógrafo Néstor Cabrera, los realizadores Pedro Zurita y Rigoberto Jiménez y el periodista Marcel Lueiro, reconoció los resultados estéticos del filme de Solomonoff, entre ellos una banda sonora de excelencia, la precisa fotografía y el rol protagónico de actores no profesionales.
En ediciones anteriores del Festival de Cine de La Habana se alzaron con el Premio Caminos películas como Historias mínimas, de Carlos Sorín, o Línea de pase, de Walter Salles y Daniela Thomas.