La película Línea de pase, de los realizadores brasileños Walter Salles y Daniela Thomas, recibió el Premio Caminos que otorga, por noveno año consecutivo, la productora de video del mismo nombre del Centro Memorial Martin Luther King (CMLK) como parte de la XXX edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano que concluye mañana en La Habana.
El jurado de este año, integrado por el periodista y crítico cinematográfico Joel del Río, el realizador Rigoberto Jiménez y el periodista Marcel Lueiro, en representación del CMLK, al justificar su decisión coincidió en que el filme “cuenta, con alto vuelo poético, la historia de una familia de la ciudad de Sao Paulo (colmada de resonancias latinoamericanas y universales) en su lucha diaria por sobrevivir y alcanzar el derecho pleno a la vida”.
La realizadora brasileña, quien dijo sentirse honrada con este premio, explicó que “no queríamos hacer una película en la cual los elementos que guiaran la historia fueran el tráfico de drogas, la violencia, ellos están presentes pero como en un segundo plano, más bien como telón de fondo. Para nosotros (Walter Salles) con quien he participado en otros filmes (_París Je T’aime_, Tierra Estranjera (1996) y El primer día (1998), lo verdaderamente esencial era revelar el drama personal de cuatro jóvenes y la necesidad de buscar un sentido a sus vidas”.
Según Daniela “la historia de ficción que cuenta Línea de pase está inspirada en dos historias reales: la primera sobre jóvenes que intentan entrar a equipos de fútbol de segunda división, y la segunda sobre el fenómeno de las iglesias evangélicas en Brasil. Ambas fueron filmadas en formato de documental por Joao Moreira Salles, hermano de Walter, uno de los más interesantes documentalistas brasileños de la actualidad”.
“Nosotros intentamos detenernos en las pequeñas cosas de la vida cotidiana de estos personajes, apuntó la realizadora brasileña que visita por primera vez nuestro país, en ese mundo pequeño, a veces por evidente, poco explorado en el cine de mi país. Luego utilizamos actores desconocidos para el público brasileño pues es nuestra intención que la gente se identifique con la historia y la vida de estos jóvenes que a pesar del mundo hostil, de la pobreza, la violencia y la ausencia, por ejemplo, de la figura paterna dentro de la vida familiar —una realidad en mi país— ellos creen en una esperanza y en un mundo diferente. Por eso para nosotros era esencial mostrar a unos personajes de carne y hueso, con contradicciones y también con cierta conciencia de que hay maneras diferentes de convivir y de fomentar relaciones de hermandad y solidaridad, no importa cuán hostil o difícil sea la realidad”.
“Este filme —dice Thomas— tiene grandes diferencias con los anteriores que hemos hecho juntos Walter y yo. Ahora pudimos trabajar mucho más en equipo con un gran número de actores y técnicos en una ciudad enorme que forma parte de la línea básica de la película. São Paulo es una ciudad dramática con una especie de sentido de redención. A diferencia de Río de Janeiro, el paisaje de Sao Paulo es bien distinto aunque su crecimiento ha sido espectacular. La mayoría de las locaciones que aparecen en Línea de pase son exactamente en las que nos inspiramos para comenzar a escribir el guión”.
Tal vez por lo que la propia película cuenta y, sobre todo, por cómo lo cuenta, por sus valores estéticos y humanos y, con toda justeza, fue merecedora del Premio Caminos que el CMLK otorga a la obra de arte que con rigor y calidad artísticos, promueva la afirmación de la vida, potencie una cultura y un espíritu de solidaridad, recree y reencante la historia desde la perspectivas de los excluidos, y estimule la participación ciudadana consciente y comprometida con la esperanza de un mundo en el que quepamos todos y todas.