Nuestro país vive hoy una situación dramática. El paso de los poderosos huracanes Gustav e Ike, en un lapso de apenas ocho días, ha golpeado la producción de alimentos y ramas esenciales de la economía en todo el territorio nacional. Aunque las pérdidas de vidas son mínimas, el saldo en viviendas, escuelas e instituciones culturales destruidas resulta estremecedor.
Frente a esta circunstancia trágica, en los Estados Unidos se ha abierto un debate acerca de las restricciones impuestas a los cubanos residentes en ese país para visitar y enviar ayuda a sus familias en la Isla. Cuba ha solicitado que, al menos, se le permita comprar en los Estados Unidos materiales para la reparación de viviendas y líneas eléctricas y que se autorice a empresas norteamericanas a ofrecer créditos comerciales a nuestro país para comprar alimentos. Como respuesta, la administración Bush ha ofrecido una ridícula ayuda y ha ratificado su política de bloqueo económico y financiero, que en esta coyuntura resulta aún más cruel e inmoral.
Apelamos a la sensibilidad de intelectuales y artistas de todas partes del mundo para que reclamen el inmediato levantamiento del criminal bloqueo norteamericano y promuevan acciones de solidaridad y ayuda hacia nuestro país.