Cinco grupos de la FEPAD se capacitan en torno al módulo de Educación popular y trabajo comunitario. La capacitación se constituyó en un particular laboratorio de coordinación. El espacio también permitió visibilizar experiencias barriales importantes poco compartidas con anterioridad.
Este año arranca la segunda ronda de la puesta en práctica de la formación en educación popular a distancia en el ámbito del Trabajo comunitario. Ahora, de manera más enfática, el acento de la capacitación —de las personas que conducirán el trabajo grupal respecto a este tema— se colocó resueltamente en el entrenamiento de la coordinación misma.
En un singular “partir de la práctica”, los coordinadores y coordinadoras de los cinco grupos que en 2007 cursarán este módulo condujeron en vivo los diferentes momentos o capítulos, que componen el conjunto de los materiales.
Una ágil y retadora rotación de roles caracterizó el taller de capacitación. Mientras una parte de los participantes se constituía en el grupo mismo de talleristas, otra menos numerosa asumía las funciones de equipo de coordinación. Quiere decir que, tras la debida preparación, tenía a su cargo la presentación del momento, la conducción de un ejercicio seleccionado y el plenario de síntesis y cierre.
No faltaron nervios. El trabajo fue duro. Pero la puesta en escena, la suerte de dramatización que este entre-namiento supuso permitió, al tiempo que se vencían viejos miedos escénicos, sacar a la luz dudas de contenido, apreciar carencias y fallas en la conducción del proceso grupal, esclarecer lógicas y sentidos metodológicos de algunos de los ejercicios y reconocer con más claridad el enfoque de trabajo comunitario que el módulo propone.
Parece que la cosa resultó. No por gusto en la evaluación la gente opinó “(les) falta por incorporar”, está aquello de “guiar bien una síntesis”, y “dar la orden concreta del ejercicio (la consigna)”. También se sugirió “que siempre se den los talleres de esta forma, partiendo de las prácticas de los propios coordinadores”.
Crónica aparte merecerían las informaciones que dan cuenta de experiencias comunitarias concretas y difíciles en que están involucrados algunos de estos cinco grupos, y que conocimos mediante el juego “Yo conozco la FEPAD”. Alguien dijo entonces que fue bueno “haber podido cons-tatar otras experiencias. Debemos insistir en comunicarle al boletín las pequeñas cosas que hacemos que a veces se ignoran”.
“Me ha resultado muy productiva la capacitación” es la frase evaluativa que, a pesar del cansancio, sintetiza cómo decursó esta capacitación.