Todo el Texto Sagrado, aun aquellos pasajes que se tornan ms dolorosos, estn elaborados en clave celebrativa. Lo que celebra el pueblo de Dios es el hecho de que existe quien escucha, alguien que tiene en cuenta su clamor y puede hacer justicia. Las Escrituras son la evidencia de dicha celebracin, y al toparnos con ellas celebramos, ante todo, esa novedad histrica.
En un curso introductorio al Nuevo Testamento (NT) no debe pasarse por alto cierto tiempo dedicado a la celebracin. Al estudiar cualquier porcin de la Biblia ejecutamos un dilogo, y para que todo dilogo pueda efectuarse primero debe tener lugar el maravilloso hecho del encuentro.
Celebrar el encuentro con las Escrituras, y con aquellas/os que pretenden profundizar en ellas permite que nos sintonicemos mejor con sus contenidos, lo que hace que el acto de interpretar fluya ms fcilmente y que emane simpata con las situaciones, el lenguaje, los personajes, las ideas que trasmiten los textos.
En el Aula-taller de hermenutica popular hemos dado un lugar prominente a las msticas introductorias. Ese es el momento para celebrar un encuentro entre hermanas/os, para privilegia el testimonio personal, la experiencia individual en medio de las luchas cotidianas, que al colectivizarse pasan a ser parte del patrimonio grupal, algo que nos descubre como pequea comunidad con identidad propia.
Para enriquecer estos instantes debemos lograr cierto conocimiento del poder de los smbolos. Lo simblico evoca, como ningn otro lenguaje, los sentimientos ms profundos del ser humano. Hacernos acompaar de smbolos en relacin con el tema a celebrar estimula la sensibilidad de quienes comparten y flexibiliza los sentidos, algo que coopera con el dinamismo del encuentro alrededor de la Palabra, en el que las/os convocados no pueden ser sujetos pasivos sino protagonistas.
No hablamos de juntar segmentos de salmos con alguna que otra cancin que aparezca de improviso, como suele pasar al preparar devocionales de apertura en nuestras escuelas dominicales o encuentros bblicos.
No se trata de colocar al azar unas velas, algunas flores o llenar el local de incienso, nos referimos al hecho de ahondar en las caractersticas del grupo, sus cdigos, lenguaje, disposicin, su grado de cohesin y conocimiento interpersonal, para proponer msticas acordes con sus peculiaridades; sintetizar la temtica a tratar para distinguir con exactitud los detalles que puedan propiciar la activa participacin desde un comienzo; estudiar a fondo los elementos simblicos que logren evocar momentos cruciales tanto de las Escrituras como de las vidas de quienes participan del curso; saber conjugar todos estos factores sin sacrificar lo espontneo que pueda surgir de improviso y que enriquezca considerablemente la celebracin.
Lo ideal sera que el momento celebrativo o mstica introductoria logre representar al mximo cuanto se aborde luego, para que el resto del encuentro transcurra en la profundizacin de lo tratado por medio de lo simblico y lo emotivo. Esto conecta con los elementos ms novedosos de la educacin contempornea en la que se persigue trabajar ms con las emociones en vas de fortalecer los lazos que unen a quienes participan del evento educativo con los contenidos a ser impartidos.
Otra cuestin importante es el hecho de no perder de vista que dicho evento educativo tiene un carcter comunitario, por lo cual, las msticas introductorias no deben satisfacer solo el gusto de las/os animadores. En la diversidad y pluralidad de cada presentacin se encuentra el xito de las mismas, en su capacidad de encarnar lo que resulta significativo para cada miembro del grupo reside su efectividad; observar esto evitar que los momentos de celebracin sean demasiado repetitivos y lleguen a convertirse en un verdadero agobio para las/os reunidos.
Entre otras bondades, las msticas introductorias no solo acercan a quienes reciben el producto de nuestro esfuerzo, sino tambin crean un ambiente de familiaridad entre las/os miembros del grupo y las/os animadores; propician cierto grado de horizontalidad que conviene al proceso educativo, por medio del cual el propio grupo percibir sus capacidades, potencialidades, sus formas culturales de conocimiento y expresin de su contexto, lo que refuerza la identidad colectiva y las motivaciones para actuar en grupo.
Celebrar es el primer acto de acercamiento a la Palabra, debe ser tambin el acto final. Aprender de la Biblia nos hace eternos celebrantes de la vida, algo que enfatizamos desde el Aula-taller y que de alguna manera destacamos en estas reflexiones que continuarn en el prximo nmero.
*Colaborador del Programa de reflexin/formacin socioteolgica y pastoral.