Crónica desde el territorio El Salvador, de la Red de Educadores Populares
Por Yanelis Aroche Speck
¿En casa de Manolito? Esa fue la pregunta de muchos de los campesinos de la cooperativa “Longino Riviaux” en la comunidad de Guayacán después de saber que en días posteriores profesores de la sede universitaria del Municipio visitarían el poblado para capacitarlos en cuanto al manejo del café en su segunda etapa.
El 16 de octubre en la finca de dicho campesino se dieron cita 25 afiliados de la Cooperativa de Créditos y Servicios de la comunidad, así como cuatro integrantes de la Red de educadoras y educadores populares de El Salvador, quienes coordinaron esta propuesta de capacitación, a la cual se unieron también tres profesores de la Universidad.
Después de una apetitosa merienda y encaminar todo lo necesario para cocinar una típica caldosa cubana, los participantes se dirigieron al cafetal con todos los instrumentos que a diario utilizan los campesinos para la limpieza y cuidado de los cultivos.
¡Qué dicha!, que alegría sentimos al ver a estos hombres y mujeres héroes del trabajo tan interesados y comprometidos en las teorías y lógicas de aquellas clases. Llovían las preguntas, los intercambios y opiniones; había que ver la cara de regocijo de aquel profesor al descubrir que su caminata en el fango no había sido en vano.
Pasaron unas horas muy agradables antes de que la profesora Tamara propusiera una dinámica para crear tres grupos de trabajo donde darían respuestas a varias preguntas: ¿Cuáles son las principales problemáticas que los afectan a ustedes como campesinos y como pueden solucionarlos en sus fincas?, esa fue la pregunta a la que el primero de los grupos respondiera. Los segundos, discutirían sobre “¿cuáles son las políticas públicas?” es decir, cómo los gobiernos y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), inciden para que les den la atención, desarrollar los planes de producción, los contratos, y como hacer más viable el trabajo. Para el tercer equipo la interrogante fue “¿cómo se puede lograr un café de máxima calidad, desde que comienza la producción hasta el final? Con estas tres preguntas iniciaba un nuevo momento.
Muchos debates surgieron al ir respondiendo cada pregunta; muchas inquietudes fueron aclaradas también. Tanta fue la satisfacción de todas y todos los participantes, que las preguntas continuaban:
– ¿Cuándo será el próximo taller?, preguntó uno.
– ¿Cuándo vienen otra vez para que nos den una clase de plantación de café?, preguntó el otro.
– “Bueno, desde aquí saldrá la fecha del próximo taller, propuesta por ustedes mismos”, dijo el profe Aniceto.
– “Entonces listo, para la primera quincena de diciembre nos vemos otra vez, plantearon Ciro y Nítida.
Así, quedo todo “cuadrado”.
Antes de salir del cafetal, se realizó una conmemoración a todas las mujeres allí presentes en saludo al día de la mujer rural celebrado el día anterior.
Después de dejar plasmado en fotos dicho momento, nos dirigimos nuevamente hacia la casa donde nos esperaba una buena caldosa como aperitivo, que luego fue acompañada de unas yuquitas con mojo rodeadas de la salsa de la carne de puerco que adornaba el plato.
¡Qué momento más agradable pasamos!
¿Y quién dice que no?… En casa de Manolito, ¡sí!