“La actual crisis económica mundial es un síntoma de las contradicciones del capitalismo que podemos aprovechar”, dijo hoy aquí Joao Pedro Stedile, líder del MST y uno de los delegados de la Vía Campesina, en un panel sobre el contexto actual de la economía y la política internacionales.
“Intentemos de una vez acabar con los organismos internacionales como el Banco Mundial y el FMI, que durante años han servido al capital sin hacer nada favorable para nosotros”, agregó Stedile, quien, en su lugar, propuso crear otros organismos internacionales más democráticos.
Para el dirigente del Movimiento Sin Tierra de Brasil, el capitalismo no se va a acabar con la actual crisis, sino que saldrá renovado a costa de los mismos pobres de siempre.
No obstante, señaló que en un momento como este hay que intensificar el compromiso y el trabajo revolucionarios, y que el socialismo sigue siendo un proyecto del pueblo.
“Tenemos que convertirnos en sujetos políticos, no en el parlamento ni en los partidos, sino en las favelas, los campos, las escuelas, la casa, allí donde está nuestra gente”, agregó.
Otra de las panelistas, Shamali Guttal, de la India, analizó los impactos de crisis globales como la finaciera o la del clima sobre la agricultura.
“La crisis han sacudido la fe que tenía mucha gente en el modelo neoliberal”, dijo.
Para la panelista los campesinos están más dispuestos ahora a probar otros métodos de producción.
Aunque las grandes empresas hagan todo lo posible por no perder los alimentos y continuar su dominación sobre los campesinos y campesinas, “la soberanía alimentaria se ha vuelto una alternativa viable”.
En consecuencia, Shamali Guttal propuso a la Vía Campesina la construcción inmediata de un paradigma para la agricultura sostenible, que le permita al movimiento definir y concretar con más fuerza su lucha.
Para la Vía Campesina la soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a los alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica.
Como concepto alternativo propuesto por los campesinos y campesinas, “la soberanía alimentaria implica nuevas relaciones sociales, libres de opresión y de desigualdades entre hombres y mujeres, grupos raciales, clases y generaciones”.
Por su parte, Dena Hoff, de los Estados Unidos, confesó que para ella “la soberanía alimentaria es el sucesor natural del neoliberalismo”, durante su intervención sobre la estrategia global de la Vía Campesina para los próximos años.
“Lo que sigue es demostrar que nuestras comunidades pueden alimentar al mundo y a la vez fomentar las bases para un mundo más justo”, dijo la agricultora estadounidense.