Por Liliana Sierra Sánchez
Ubicada a varios kilómetros de la cabecera municipal se encuentra Bayate, comunidad rural perteneciente al municipio de Candelaria en la occidental provincia de Artemisa.
En esta localidad, cuya actividad fundamental es la agricultura, sus habitantes han visto, desde hace unos pocos años, un renacer de la vida sociocultural, deportiva y recreativa del terruño.
Lo anterior se debe en gran medida al surgimiento de la experiencia de trabajo comunitario “Somos Bayate”, la cual es acompañada metodológicamente por la Red de Educadoras y Educadores Populares del territorio.
Hasta el círculo social de la comunidad, llegó esta periodista para intercambiar con personas de la comunidad, así como con el grupo gestor y el equipo de acompañamiento de la Red.
Después de los saludos y las presentaciones, comenzaron a contarme acerca de la experiencia. Al principio lo hicieron con algo de timidez, pero luego nadie quería quedarse sin ofrecer su testimonio.
“Nuestro proyecto surgió con el objetivo de rescatar las tradiciones locales y, a través de ellas, fortalecer la autoestima comunitaria, a partir del autoconocimiento de lo que somos, de nuestra historia y en la relación con el contexto en que existimos. Igualmente pretendemos avanzar en la legitimidad del proceso a través del reconocimiento de los (las) comunitarios(as) y las autoridades locales; y, por último, preparar a la comunidad para el proceso de transformación que se propone en los sentidos educativos y organizativos”, así nos comenta Alexander Acosta Silva, integrante de la Red y profesor del INDER.
Con respecto al nombre de la experiencia afirma: “el nombre es Somos Bayate buscando identidad; esta localidad está dividida en dos Bayate, por lo que queremos unir a los pobladores rescatando tradiciones como el rodeo, la realización de fiestas campesinas, el repentismo, la equitación. Desde hace un tiempo se estaban produciendo algunas indisciplinas sociales como los juegos prohibidos, y se evidenciaba una falta de valores en muchas personas; también se estaban perdiendo las prácticas deportivas, por ejemplo, del béisbol. Entonces, nos dimos a la tarea de rescatar una instalación deportiva; un terreno para jugar pelota, fútbol y hacer otras actividades recreativas y sociales. Esto fue un detonante hacia fuera, y enseguida los pobladores comenzaron a interesarse”.
Alexander explica cómo se apoyaron en la metodología de la Educación Popular para logra un acercamiento con la comunidad mediante talleres donde han participado pobladores y actores locales. En tal sentido, ha tenido gran peso el acompañamiento de la Red, desde todos los ámbitos, incluyendo la formación y la comunicación.
Según este educador popular, “hoy pueden observarse transformaciones en cuanto a la participación de la gente. Se va rescatando la colectividad. Al ser una comunidad rural, las viviendas están distantes y esto provocaba que la gente cayera en el individualismo, la apatía, el derrotismo, la falta de afecto social y solidaridad. Desde que iniciamos la fase de acercamiento, la cooperativa agropecuaria (Cooperativa de Créditos y Servicios, CCS) nos abrió el espacio como uno de los lugares representativos y se han reunido en los talleres muchos pobladores. Con ello logramos un ambiente de familiaridad, así como la integración de niños, adolescentes y adultos, con el apoyo de los factores comunitarios. Hemos conseguido que los vecinos recobren la confianza y pongan un poco de cada uno para transformar la comunidad. En el caso del rescate del terreno para la práctica de las actividades deportivas, fue muy importante el hecho que la Red cuente con el apoyo y la legitimidad de diferentes actores territoriales y comunitarios, fue todo un proceso de articulaciones y alianzas, de gestiones y acercamientos que permitieron al final conseguir este logro.”
La Red hace énfasis en los valores ecológicos, e impulsan el desarrollo de jornadas por el medio ambiente en vinculación con las dos escuelitas rurales, las cuales incluyen el trabajo en una finca de semillas cercanas.
De todo lo anterior, da fe Rolando Martínez, delegado de circunscripción, quien afirma que “Somos Bayate” tiene gran significado para los comunitarios: “el rescate del terreno para el fútbol y el béisbol, ha logrado cohesionar a los niños, eso se había perdido, y hoy vemos la motivación, la entrega de los muchachos, incluso sin recursos, hay un entusiasmo y un apoyo de los padres”.
Por otra parte, reconoce la labor del grupo gestor, gracias a la cual se están formando personas de bien, que emplean el tiempo en actividades provechosas como el deporte, la cultura y la producción de alimentos.
“El proyecto cuenta con el apoyo del gobierno, el partido, las organizaciones políticas y de masas y la comunidad. En mi caso particular, admiro y respeto de todo corazón este trabajo”, concluye emocionado Rolando.
Fe González, es miembro del grupo gestor y profesora de deportes, comenta que realizan actividades deportivas y recreativas como “A jugar” y planes de la calle. También fomentan en los niños una conciencia ecológica a través de acciones como la siembra de árboles o la recogida de basura.
“Nos apoyamos en las metodologías del trabajo comunitario para el rescate de las raíces y valores como el colectivismo, el patriotismo, la responsabilidad”, afirma con serenidad.
Algo similar explica Juan Carlos Paz, integrante también del grupo gestor y de la Red EP: “Bayate es quizás la población más grande después de Candelaria, y vimos aquí la necesidad de que hubiese instalaciones deportivas y de acercar a la comunidad a diferentes tipos de actividades – recreativas, culturales, sociales- para que dedicaran el tiempo libre a actividades sanas y no a las ilícitas como las peleas de perros y los juegos prohibidos. Con esta experiencia los niños están atendidos y se integran a labores como la creación de huertos. También tenemos un grupo de gimnasia femenina y otro con personas de la tercera edad para que hagan ejercicios. El estadio se atiende con el trabajo de los comunitarios; recibimos el apoyo de los factores de la comunidad e incluso de varias iglesias que han venido desde otras partes del territorio. Esta es una fortaleza gracias al acompañamiento de la Red”.
La legitimidad de la experiencia es confirmada por vecinos como Fernando Pérez, más conocido como “Pincho”. Él ofrece su testimonio de participación en los eventos deportivos que se han realizado. Igualmente se ha sumado a labores constructivas dentro de la localidad. “Yo tengo tierras en usufructo y traigo a los niños para que aprendan lo que es la producción de alimentos. Les enseño cómo se siembra, qué trabajo hay que hacer con los cultivos; produzco mango, aguacate, guayaba, plátano, cultivos varios y los vendo en la feria, en la placita, a precios asequibles para que la gente los pueda disfrutar”, comenta satisfecho.
Sobre el proceso de acompañamiento a la experiencia, María de los Ángeles, integrante del equipo de coordinación de la Red de Educadoras y Educadores Populares del territorio Candelaria, explica que comenzaron a acompañar esta iniciativa de participación popular desde el mismo momento en que surgió. Según ella, para la Red ha significado una experiencia enriquecedora, se ha transitado ya por las fases de acercamiento y de conformación del grupo gestor; actualmente se encuentran en la fase de diagnóstico, por lo que se han realizado varios talleres con la comunidad.
Este territorio de Red nació hace cuatro años; inicialmente estuvo vinculado a San Cristóbal, pero se decidió, teniendo en cuenta las condiciones y la cantidad de personas formadas, constituirse como un territorio independiente. En estos momentos militan en allí 58 personas y continúa ampliándose a través de la Formación en Educación Popular a Distancia, con los módulos de Concepción y Metodología de la Educación Popular, así como Trabajo Comunitario.
“Poco a poco nos fuimos articulando con los actores del territorio y logrando una identidad y un reconocimiento de nuestro trabajo, también nos hemos articulado con otros proyectos existentes, y acompañamos, además, la experiencia Pétalos de arcoiris. Ésta tiene un perfil sociocultural medioambiental. Buscamos elevar el nivel cultural de las personas y trabajar por el cuidado del medio ambiente a través de talleres y visitas casa a casa. Igualmente contribuimos al rescate de las tradiciones, realizando acciones con los distintos grupos etarios”,explica María de los Ángeles.
Yosema Izaguirre pertenece al del equipo de formación de la Red y atiende, por el Consejo de Administración Municipal, la gestión para el desarrollo local. Ella cuenta que gracias al proyecto se desarrollan actividades positivas para la comunidad, los vecinos se insertan en labores como la recuperación de las redes hidráulicas, el chapeo de las áreas, la creación de jardines con plantas ornamentales y medicinales, y se fortalece en los infantes la conciencia con respecto al cuidado del medio ambiente. Del mismo modo se hace énfasis en temas de género y empoderamiento femenino a través de espacios destinados a mujeres y sus familias. Uno de los resultados con mayor impacto a nivel comunitario, ha sido el rescate de las festividades por el Día de la Candelaria, con diversas acciones socioculturales en las que se insertan cientos de personas.
“Hoy nos preocupamos por seguir cumpliendo con las estrategias de trabajo conjunto entre las Redes y el Centro Martin Luther King. Le damos atención al proceso formativo, al acompañamiento a las experiencias de participación popular, y seguimos generando alianzas e incidencias. Por ejemplo, nos articulamos con la universidad, el gobierno, el partido, la ONAT (Oficina Nacional de Administración Tributaria), la Federación de Mujeres Cubanas, la Unión de Jóvenes Comunistas y otras organizaciones e instituciones, así como con diferentes proyectos comunitarios”, acota María de los Ángeles.
Así avanza, construye y acompaña esta joven Red de Educadoras y Educadores Populares, conscientes de que solo con la participación de todas y todos puede lograrse la mayor suma de felicidad posible.