El ejercicio de fortalecer el tejido social que se ha construido entre educadoras y educadores populares, entre cristianas y cristianos, tiene que alimentarse cotidianamente. Son espacios autogestionados, que involucra a personas voluntarias de todo el país comprometidas con la transformación de sus contextos. Alimentar esos vínculos, requiere sistematicidad, comunicación, formación, articulación de actores. Todos estos temas fueron el plato fuerte del debate final del Encuentro de equipos de coordinación de la Red de educadoras y educadores populares y la ecuménica Fe por Cuba.
La formación es uno de los procesos que le da identidad a ambas redes. En el caso de la educación popular esta ha sido una vía para responder a las exigencias territoriales y una puerta de entrada para sumar a más egresadas y egresados de los talleres impartidos a la red. El impacto más frecuente de esa formación es la puesta en práctica de los aprendizajes, de la nueva concepción, pero muchas veces faltan los espacios para intercambiar y dar a conocer las experiencias.
Para la Red ecuménica Fe por Cuba, la formación se quiere enfocar más en la diaconía. Hay acumulados por los múltiples espacios temáticos que se han organizado para profundizar sobre problemáticas vinculadas al servicio en las comunidades de fe. En estos casos también la educación popular ha sido una propuesta tenida en cuenta. Tal vez sea posible organizar esa propuesta formativa en módulos, que apoye la incidencia que realiza esta Red en el mundo ecuménico.
La comunicación es fundamental para estrechar los lazos entre los integrantes de las redes, para fortalecer y recrear sus respectivas identidades, conectar más a territorios y sensibilizar a otros actores con la propuesta que defiende cada red. La visibilidad de lo que se hace, sus resultados e impactos enfocados en la transformación, requiere estrategias más claras y armonizadas. A eso habrá que dedicar tiempo, oportunidades de formación y recursos, que garanticen el seguimiento al quehacer comunicativo, la maximización de procesos, productos y espacios comunicativos donde están las redes.
El Encuentro entre los equipos que coordinan a ambas redes, contribuye a la articulación entre ellas. Pero este propósito ha de estar presente durante todo el año, por eso es importante que se intencionen momentos, procesos, espacios, que se construyan con la participación de personas de una y otra red. Al mismo tiempo en el cronograma común hay línea estratégicas o ámbitos de interés común, donde es posible que ambas redes se junten y aprovechen las singularidades y fortalezas propias.
Toca ahora, al regresar a cada territorio, compartir con el resto de los integrantes de las redes que no participaron en esta reunión nacional, las esencias de los debates y acuerdos que apuntan a encaminamientos para la planificación del 2016.