Este nuevo atentado a un auténtico valor de la cultura popular latinoamericana, ocurrido lamentablemente en tierras centroamericanas, evidencia los niveles de criminalidad y de impunidad a que están sometidas nuestras sociedades, donde los asesinos se dan el lujo de actuar contra cualquiera, en cualquier lugar y a cualquier hora del día.
Facundo Cabral, ejemplar artista y símbolo de lo mejor de la cultura latinoamericana, une su valerosa sangre a la de nuestros poetas mártires y luchadores sociales: Otto René Castillo y Roque Dalton, cuyos asesinatos desde hace décadas se mantienen impunes, como símbolo de ingratitud histórica por quienes hoy se dicen defensores de la democracia y de la justicia, en Guatemala y El Salvador.
No nos cabe duda que, pese a las distintas motivaciones en los asesinatos de Dalton, Castillo y Cabral, sus victimarios pertenecen a la misma estirpe terrorista e impune, que pretende imponer el odio a la cultura, así como a la libertad plena, la convivencia creadora y la paz en nuestras tierras centroamericanas.
Llamamos a la comunidad intelectual y cultural latinoamericana a redoblar esfuerzos y luchas por la justicia plena y contra la impunidad en Centroamérica.
Nuestras sociedades deben recobrar la esperanza y la paz, para que nadie ni personalidades como los poetas Otto René Castillo, Roque Dalton y Facundo Cabral sean asesinados.
¡Qué no quede crimen impune en nuestras tierras! ¡Ni un poeta más asesinado!
Aída Cañas Vda de Dalton
Juan José Dalton Cañas
Jorge Dalton Cañas
San Salvador, 9 de julio de 2011