El pueblo de Honduras es hoy víctima de gravísimos atropellos, perpetrados por grupos de civiles y militares que pretenden seguir administrando aquel país como un feudo; cuentan con el respaldo del imperio norteamericano, que utilizó esa nación como una inmensa base militar durante más de cien años.
Desde nuestro compromiso, condenamos el secuestro y expulsión del presidente hondureño Manuel Zelaya y de la canciller Patricia Rodas, así como el ultraje contra tres embajadores. Condenamos la ruptura del orden constitucional, la represión desatada contra la población, el desprecio por sus derechos fundamentales, la censura impuesta a algunos medios de prensa, y la persecución de movimientos y dirigentes.
Exigimos el retorno a la legalidad y el castigo a los golpistas y usurpadores. Respaldamos las acciones de los países del ALBA, y alentamos a la resistencia popular y patriótica hondureña, único camino a la soberanía y dignidad plenas.
Encuentro Social Alternativo
Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), 30 de junio de 2009