Publicado el 30 Septiembre, 2011
El Fondo Cultural del ALBA, a través del Centro Cultural Dulce María Loynaz de La Habana, convoca al Tercer Concurso Latinoamericano y Caribeño de Novela ALBA NARRATIVA 2012 para autores menores de 40 años, con el propósito de estimular y promover a los jóvenes novelistas que escriben con una mirada propia y renovadora en los países de Nuestra América. El Tercer Concurso Latinoamericano y Caribeño de Novela ALBA NARRATIVA 2012 se regirá por las siguientes:
BASES
1. Podrán concursar autores de cualquiera de los países de América Latina y el Caribe, independientemente de su lugar de residencia, con obras originales e inéditas, cuyos derechos de publicación no estén comprometidos con ninguna editorial, agente literario o cualquier otra forma de relación jurídica, y que no estén concursando simultáneamente en otro premio.
2. Las novelas, escritas en español o inglés, de cualquier tendencia estética y tema libre, deberán tener un mínimo de 120 páginas (180 000 caracteres) y un máximo de 400 páginas (600 000 caracteres), presentarse por duplicado, bajo el sistema de plica, y acompañarse de una copia en soporte digital.
3. Se adjuntará en el mismo envío un sobre cerrado, que contendrá en su interior el nombre, la fotocopia del documento de identidad o acreditativo de la nacionalidad, la dirección postal, el teléfono, y la dirección electrónica del autor, así como un breve currículo. En el exterior del sobre se consignará el título de la obra y el seudónimo del autor.
4. No se aceptarán originales ilegibles, mal encuadernados, o que no se ajusten a cualquiera de las bases. Los organizadores crearán un Comité de Admisión cuya función será garantizar el cumplimiento de estos requisitos.
5. Los trabajos podrán enviarse por correo postal o entregarse personalmente en la sede de la institución, destacando que participan en el Tercer Concurso Latinoamericano y Caribeño de Novela ALBA NARRATIVA 2012.
Centro Cultural Dulce María Loynaz. 19 y E, El Vedado, Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana, CUBA. CP. 10 400.
1. Se aceptarán envíos por correo electrónico que se ajusten a las bases y sean realizados en formato Word, letra Times New Roman, 12 puntos, a espacio y medio, antes de la fecha límite, a las siguientes direcciones electrónicas albanarrativa@loynaz.cult.cu o albanarrativa@yahoo.es lo que será confirmado mediante respuesta de recepción del envío. Se deberán adjuntar en un mismo envío dos documentos: uno con la novela que se presenta a concurso y otro que contenga los datos del autor solicitados en la base 3.
2. El plazo de admisión de originales finalizará el 10 de diciembre de 2011. Solo se aceptarán los envíos que, con fecha postal dentro del término de la convocatoria, lleguen antes del comienzo de los trabajos del Jurado.
3. El Premio Latinoamericano y Caribeño de Novela ALBA NARRATIVA 2012, en cada uno de los idiomas convocados, consistirá en diploma acreditativo, quince mil dólares (15.000.00 USD) o su equivalente en la moneda del país del autor premiado y la publicación de los libros ganadores.
4. La retribución monetaria de los premios cubre el pago de los derechos de autor para una primera edición de hasta 10 000 ejemplares, realizada por el FONDO CULTURAL DEL ALBA, que podrá incluir una traducción al otro idioma en que se convoca el Premio o a cualquier lengua de América que el FCA considere oportuno. Cualquier edición posterior deberá hacer constar que la obra obtuvo el reconocimiento del Premio ALBA NARRATIVA 2012.
5. El Jurado estará integrado por narradores latinoamericanos y caribeños de reconocido prestigio en número impar. Su veredicto será inapelable.
6. Las sesiones finales del trabajo del Jurado formarán parte del programa de actividades de la XXI Feria Internacional del Libro, La Habana 2012, que se realizará en febrero de ese año, donde se darán a conocer los veredictos.
7. El premio podrá ser declarado desierto por el Jurado en uno o en ambos idiomas si, a su juicio, no hay obras con calidad suficiente para obtenerlo(s), pero no podrá dividirlos. También podrá destacar como finalistas otras novelas que a su juicio merezcan reconocimiento, sin que implique un compromiso editorial para el FCA.
8. No se mantendrá correspondencia acerca de los originales presentados y los mismos no serán devueltos a sus autores.
9. La participación en el Concurso Latinoamericano de Novela ALBA NARRATIVA 2012 implica la aceptación de estas Bases. Su interpretación o cualquier aspecto no previsto corresponde sólo al jurado y, en última instancia, a los organizadores.
Recuerdan en Casa de las Américas centenario de extraordinario pensador haitiano
Editado por Julio Pérez | | |
La Habana, 29 sep (AIN-RHC) De gigante caribeño y hombre multidimensional del pensamiento, calificó el embajador de Haití en Cuba, Jean Víctor Généus, a Joseph Antenor Firmin, cuyo fallecimiento, en su centenario, se conmemoró este miércoles.
El haitiano extraordinario, como lo bautizó José Martí, Héroe Nacional de Cuba, fue recordado en la Casa de las Américas con un panel de especialistas, organizado por el Instituto Cubano del Libro, la Editorial Ciencias Sociales y la sede diplomática del hermano país.
Généus destacó que el aporte fundamental de su ilustre compatriota fue impugnar y desenmascarar, con argumentos científicos, a los pensadores eurocéntricos de su tiempo que defendían al racismo, como pedestal ideológico del colonialismo.
El investigador Luís Toledo Sande subrayó los vínculos existentes entre Firmin y Martí, quien al caer en combate en Dos Ríos llevaba en su morral de campaña una libreta de apuntes con 12 citas de una de las principales obras del eminente pensador y político haitiano.
La historiadora Graciela Chailloux puntualizó que La verdad de las razas humanas , texto publicado por Firmin en Paris en 1885, conserva los valores esenciales para la lucha contra el racismo y sus manifestaciones en el siglo XXI, porque desmontó los mecanismos con los cuales trató de justificarse científicamente esa aberración antihumana.
El antropólogo e investigador Jesús Guanche se refirió a la polifacética personalidad del homenajeado, quien fue abogado, jurista, parlamentario, historiador, antropólogo, estadista y diplomático y una de las mentes más esclarecidas y progresista de su época.
Durante el desarrollo del panel, Roberto Zurbano, director del Fondo Editorial de la Casa de las Américas, informó que La verdad de las razas humanas será presentado al público cubano en la próxima Feria Internacional del Libro Cuba 2012.
Al homenaje acudieron también el poeta Roberto Fernández Retamar, presidente de Casa de las Américas, y Zuleica Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro, entre otras personalidades.
Doce notas a la memoria de Anténor Firmin *
Luis Toledo Sande
Para ser breve, me valdré de notas. Pero empiezo por agradecer al Instituto Cubano del Libro y su Editorial de Ciencias Sociales, y a la Embajadade Haití, la invitación a participar en este acto, cuya justicia intrínseca vibra en la sala con que la Casade las Américas, fundada por Haydee Santamaría, honra al revolucionario y erudito guatemalteco Manuel Galich, autor de Nuestros primeros padres.
1 / En “José Martí y un haitiano extraordinario” (Cubarte, 19/5/2010), conté cómo creció mi interés por la obra de Anténor Firmin. Rolando Rodríguez, investigador cubano, tuvo la generosidad de dejar para otros la identificación del autor de la mayor cantidad de citas que traía Martí consigo en su papelería al caer en combate: “Parece decir Firmin”, escribió Rodríguez al pie de esos fragmentos. Luego Paul Estrade, historiador francés, quizás sin conocer ese trabajo, preparó para Casa de las Américas una sección de “Páginas salvadas” del haitiano extraordinario. Entonces trabajaba yo en esa revista, y, al asociar ambos aportes, intuí que aquellos fragmentos podían pertenecer a la monografía De l’egalité des races humaines (Anthropologie positive), con la que Anténor Firmin refutó Essai sur l’inégalité des races humaines, de Joseph Arthur de Gobineau. Este libro, impreso originalmente en cuatro volúmenes entre 1853 —tenía tres años Firmin, y nació Martí— y 1855, se reeditó en 1884, cuando el racismo crecía al servicio del saqueo de África, y, en general, del pensamiento que luego se llamó fascista. Al año siguiente de esa edición apareció la contundente respuesta escrita por el gran ser humano a quien, con ocasión del centenario de su muerte, se rinde un homenaje largamente merecido.
2 / Me sentía seguro de que ese era el autor no identificado plenamente por Rodríguez, y aunque la idea fue recibida con duda o escepticismo por algún colega informado, la expuse en “José Martí contra el racismo” (Cubarte, 5/2/2004). Pero fue más tarde, tras un laboreo diverso, cuando escribí “José Martí y un haitiano extraordinario”, para lo cual llevé a cabo la búsqueda que intuía necesario hacer en el corpulento libro con que Firmin desmintió a Gobineau. Y comprobé que Martí trajo a la guerra necesaria, junto a variadas citas de Platon, Humboldt, Schopenhaüer y otros, media docena de fragmentos —citas, traducciones, paráfrasis, glosas— del texto de Firmin, a quien en 1893 trató en Haití y lo llamó haitiano extraordinario. Que los trajera en su morral de combatiente indica el valor que reconocía a las ideas de Firmin para el futuro de una Cuba que necesitaría erradicar secuelas de la esclavitud cromatizada.
3 / Estimulado por esa comprobación, le sugerí a Estrade que se hiciera, con prólogo suyo, la que sería primera edición en español del libro de Firmin. Pero el amigo tenía ante sí otras tareas, y ambos ignorábamos que en La Habana, con participación de la Embajada de Haití, se gestaba felizmente esa edición. Por añadidura, posibilidad que no se me habría ocurrido imaginar, surgió la idea de encargarme el prólogo. En virtud de la agilidad que este encuentro demanda, no abundaré ahora en lo que he escrito contra el racismo y sobre el propio Firmin en otros textos, ni adelantaré lo que podrá leerse en el prólogo a esa obra, que será publicada en su totalidad. Más allá de probables desfases estilísticos, y aun de lo que el saber científico supere hoy en la argumentación, el libro conserva valores que no caducan, y jalona lo mucho aportado por la familia antillana al arsenal que la humanidad necesita para seguir combatiendo el racismo.
4/ Exponente del pensamiento emancipador en las Antillas, Firmin merece que conozcamos su obra, y la honremos, como a él, a la luz de reclamos que nos convocan. Es el mejor homenaje a quien tan resueltamente y con tanto afán de rigor informativo y conceptual defendió la igualdad humana. Que aceptara el concepto razas, puede verse como fruto de una inercia lexical que todavía hoy sufrimos hasta en la lucha antirracista. Pero en él fue también parte de una táctica peleadora, apreciable incluso en la simetría del título de su libro con respecto al de Gobineau, y el sentido ético dio a su texto un poder de integración capaz de superar la chatura que Martí reprobó en el positivismo: su insectear por lo concreto, sin ver lo esencial.
5 / Contra la aceptación del concepto razas aplicado a la humanidad sabemos que Martí se pronunció radicalmente en “Nuestra América” (1891), y Fernando Ortiz, heredero del legado martiano, escribió El engaño de las razas (1946). Varios autores lo han recordado ante el avance del concepto afrodescendencia. Dos brillan entre los merecidamente oídos (o leídos). Roberto Fernández Retamar —cuyo Caliban avala con holgura su arrojo intelectual—, ponderó aquel libro de Ortiz, y con él recordó que el paso de raza de los estudios zoológicos a la sociología lo propaló la rapiña colonialista, y el sabio “nos enseñó a sentirnos orgullosos de la vasta presencia negra en nuestra vida”. Eusebio Leal Spengler —que estimula la discusión fértil, y hasta compartirá seguramente el criterio de que Cuba no se reduce a “la Virgen y la barca y los tres Juanes”—, fundadamente aseguró que en nuestra especie existe una sola raza, la humana. Lo hizo en entrevista concedida a Heriberto Feraudy, quien dirige la Comisión que, desde la UNEAC, está llamada a batallar contra el racismo y lleva el nombre de José Antonio Aponte, ebanista libre que evolucionó de cabo de un “batallón de pardos” a encabezar una conspiración contra la esclavitud y el poder colonial. En esa entrevista regocija ver que Leal impugna rótulos concomitantes con huellas racistas, como Las Morenas del Caribe, usado para elogiar a nuestro equipo femenino de volibol, y que otros habían cuestionado ya, como el autor de estas notas en un artículo periodístico recogido luego en las dos ediciones de su libro Más que lenguaje. Satisfacción patriótica se siente al ver abrazados también por Leal, con su personal facundia, conceptos que no pocos hemos defendido sobre la necesidad de que, sin olvidar nuestros orígenes, luchemos contra todo vestigio racista y seamos humanoascendentes.
6 / La obra justiciera de la Revolución Cubana merece conocerse, y no estancarse. Lo que no haya conseguido en ese afán, es meta por alcanzar. Lo repudiable de las desigualdades son ellas mismas, en la medida en que causan dolorosas injusticias, y urge enfrentarlas, sin escamoteos ni manipulación dolosa. La esclavitud se cromatizó en el Caribe, y reservó para África una parte especialmente horrible. Pero en todos lados ha sido cosa de sistema. Como otros estudiosos al tratar el asunto —así el estupendo Pedro Deschamps Chapeaux—, Leal ha recordado la presencia en el ejército colonialista español de batallones llamados “de pardos”, con oficiales que tenían esclavos de igual origen étnico.
7 / Aunque a estas alturas alguien no se hubiera enterado de lo vital que resulta para nosotros la unidad, o alguien más, acaso por “complejo de rubio”, haya admitido entender que nuestros compatriotas llamados negros se sientan negros antes que cubanos —¡cómo se habrán revuelto en su tumba las cenizas de Martí!—, para nosotros, como pueblo, la unidad es vital. Sin adentrarnos en vericuetos estadísticos, es posible que en Cuba, si de cubanos y cubanas se trata, haya, como mucho, cinco blancos y cinco negros. Los demás seres humanos, y también esos diez, son mestizos, en lo biológico y, sobre todo, en lo decisivo: en la cultura. La unidad no debe ser mero acto formal u oportunista, ni escamoteo de realidad alguna. Pero si los medios dominantes —¿hará falta probar que son truculentos?— lograsen fabricar e imponer, con auxilio vernáculo además, desde aquí o con alguien que le ponga música de fondo para lo peor de Miami, la imagen de que en Cuba se maltrata a sus hijos e hijas de la mal llamada raza negra, no faltarían más pretextos para que las cínicas fuerzas racistas de la OTAN, o a su servicio, agredan a este país. Al apreciar lo estimulante que podía ser el Año Internacional de los Afrodescendientes —calidad, no lo olvidemos, de toda la especie homo sapiens, o así llamada—, el ya mencionado Feraudy escribió para el Foro Interdisciplinario El engaño de las razas: “cuando las Naciones Unidas se preocupan por los afrodescendientes en el mundo, los euroestadounidenses utilizan a esa propia institución para imponer su política hegemónica en el continente africano, estableciendo nuevas formas de dominio neocolonial y racista” (www.foroscubarte.cult.cu). Lanzó, además, preguntas ineludibles: “¿Y después del 11 qué? ¿Y cuál es el panorama de la madre África en el 2011?” De momento, las respuestas probables parecen poco halagüeñas. Aparte de no ser mucho lo bueno que cabe esperar de la actual ONU —ahora mismo, ¿qué ocurre en Libia?—, procede añadir otras interrogantes: ¿Será cierto que la ONU planea convertir el Año de los Afrodescendientes en un decenio? De hacerlo, ¿sería para bien de los pobres de la tierra, África incluida? ¿Nada habrá de divide et impera, máxima elocuente por origen y términos?
8 / Hace unos años, en esta sala, un fotógrafo estadounidense negro —o mestizo— y próspero, o empoderado, como parece moda decir, expresó asombro porque en la Universidad de La Habana un estudiante no comprendía que él, en cualquier parte del mundo, únicamente fotografiaba negros exitosos. El mismo fotógrafo se proclamó no estadounidense, sino africano, porque “un madero lanzado al agua no se convierte en cocodrilo al cabo de cuatro siglos”. Sobre lo primero, alguien le dijo que tal vez al estudiante no le hubieran enseñado bien la historia de Cuba —con datos como la presencia, minoritaria pero real, de negros y mulatos entre los esclavistas—, y que los medios seguían presentando la esclavitud y la trata como lucha de colores, no como recursos del capitalismo en expansión, que generó en todas partes su pensamiento dominante, valiéndose de cuanto pudo manipular. Sobre su presunción de no ser estadounidense, la misma persona le dijo que podía regalar su nación al presidente de turno y a sus poderosos, entre ellos descendientes de africanos y africanas; pero allí —donde imperaron los modos racistas del imperio británico, padre del Ku Klux Klan y del apartheid— los que llegaron procedentes de África sometidos a la esclavitud no eran leños, como en ninguna otra parte, sino seres humanos. En efecto, no devinieron cocodrilos, sino estadounidenses.
9 / Quien impugnó al fotógrafo agregó que la historia de Cuba —ilustrable con la hermandad y la colaboración entre Martí y Juan Gualberto Gómez— fraguó una unidad nacional quebrada en 1898 por la intervención de los Estados Unidos; y de entre el público se paró una persona cubana, étnicamente similar al exitoso fotógrafo, y apoyó a este porque él “representaba la visión de los vencidos”, y su impugnador cubano “la visión de los vencedores”. El impugnador era el autor de estas notas, hijo de una familia poco instruida, de obreros y campesinos, y amas de casa, y no sabe si en algo ha vencido, pero una cosa le consta: si algo ha avanzado no habrá sido porque pudiera parecer blanco, sino gracias a una Revolución sin la cual, aunque imperfecta, sus esfuerzos, como los de tantos hijos e hijas de esta patria multicolor, habrían sido mucho menos productivos, para decirlo parcamente.
10 / La instalación de Barack Obama en la Casa Blanca, experimento que antes sentó en la Secretaríade Estado, en este orden, a un hombre negro y a una mujer negra que ratificaron el significado de ser imperialista, y qué son sistema y pensamiento dominante, suscitó ensueños. A lo escrito en otros textos, añado lo que me contó, irritado, un compatriota de visible herencia africana: unas pocas personas, cubanas como él, y algunas de etnicidad similar a la suya, tanto esperan de Obama que lo llaman My President. Ahorro comentarios, no por razón de tiempo, sino de indignación, aunque esos obamistas son escasos y, sean cuales sean los tonos de su piel, no engañarán a patriotas bien orientados, de ningún color.
11 / Al margen de lo dicho o ausente en estas notas, el mejor homenaje a un gran exponente de la familia antillana, latinoamericana, humana, es empeñarnos en ser humanoascendentes y barrer en todas partes todo tipo de racismo. En Cuba se trata de erradicar, todas y todos juntos, mezclados como somos —sin segregación tipo Harlem, ni ninguna otra—, cualquier adherencia que ese crimen haya dejado como gérmenes de males en nosotros.
12 / Algo más para interrumpir las presentes notas: este encuentro propicia reclamar que nuestra familia latinoamericana y caribeña no la debilite la prosperidad del concepto Iberoamérica y sus derivaciones. La iberoamericanidad objetiva que emparienta pueblos a ambos lados del Atlántico, no debe confundirse con otra estimulada, financiada, encumbrada desde una exmetrópoli colonial. El asunto exige otro despliegue, pero quede por lo menos apuntado cuando recordamos a un hijo ilustre de Haití, pueblo pionero en nuestra América si de lucha por la independencia y la justicia social se trata.
Luis Toledo Sande
*Leídas en el homenaje (ver datos en el texto) que el 28 de septiembre de 2011 se rindió en La Habana al abogado, político, historiador y antropólogo haitiano Anténor Firmin (1850-2011), con motivo del centenario de su muerte.