“Pronto se descubrió (…) ahí salieron los verdaderos motivos ‘nadie ha subido los sueldos como gobierno de la Revolución Ciudadana’, me gritaron: ‘¡Mentiroso, fue Lucio (Gutiérrez)!’. La gente de Lucio, infiltrada, incitando a la violencia, ¡Cuanta irresponsabilidad!”, dijo Correa en su primera aparición pública desde que inició la intentona para derrocarlo.
“Tuvo que ir el Ejército a rescatarnos (…) hay muchos infiltrados de partidos bien conocidos que quieren conspirar”, agregó.
Ratificó que la ley de Servicios Públicos, aprobada la noche del miércoles y que era, según los rebeldes, la única causa de sus acciones, no será derogada.
“Por supuesto la Ley no será revocada. Con el diálogo todo, con la fuerza nada”, dijo,
Expresó sentirse profundamente triste por la pérdida de vidas, y pidió un minuto de silencio por los fallecidos en el operativo que lo rescató.
“Los conspiradores de siempre secuestraron al Presidente y para liberarlo han caído hermanos ecuatorianos. Es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar en mi gobierno de paz (…) la Policía que ha sido manipulada les pido empezar la reunión haciendo un minuto de profundo silencio”, por los caídos.
Reiteró que los policías alzados no son todo el cuerpo, sino sólo unos pocos.
Relato de un valiente
El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, relató a los medios de comunicación de su país cómo se aproximó a las inmediaciones del Hospital Metropolitano de manera pacífica para rescatar al presidente Correa, junto a miles de personas.
»Miles de gases lacrimeógenos y finalmente con la mayor tranquilidad con una actitud pacífica llegamos hasta las puertas del hospital y miles de personas’’, afirmó.
Explicó la forma violenta y agresiva como fue recibido en el centro de salud, donde los policías sublevados mantenían secuestrado al líder ecuatoriano.
»Dije que yo voy a sacar al Presidente, nos respondieron con gases lacrimógenos, a mí me pegaron en la cabeza’’, declaró.