Y es que la participacin de ms de 60 mil personas en la marcha del 17 de noviembre pasado, convocada por la Coordinadora Nacional contra el TLC (integrada por distintas redes y movimientos sociales), ponen de manifiesto que la poblacin costarricense ha entendido que rechazar y derrotar al TLCEUCA-RD es un imperativo histrico.
Provenientes de regiones al interior del pas y de las principales ciudades, amas de casa, estudiantes universitarios, trabajadores pblicos, maestras, profesores y profesoras, indgenas, trabajadores campesinos, pequeos y medianos productores agropecuarios y toda una rica diversidad de personas y sectores sociales, se dieron cita desde las 10 de la maana en el Parque Central de San Jos, con el fin de marchar hacia el Congreso a exigir la no ratificacin del TLCEUCA-RD.
Las organizaciones convocantes estiman que la participacin habra sido mucho mayor, de no ser por la intimidacin, represin y amenaza que el gobierno, los empresarios y otros grupos de derecha con el apoyo descarado de los principales medios de prensa, vienen aplicando desde hace varias semanas, a pesar de lo cual el apoyo a la marcha fue masivo y entusiasta. Efectivamente, la marcha destac por su gran mstica, alegra, creatividad y genio poltico, lo cual marcha un salto de calidad en la lucha contra el Tratado. La msica, el arte, las comparsas, la diversidad de consignas y la profunda conviccin de quienes se sumaron a la marcha, acompaaron una actividad que marca un momento histrico para las luchas populares.
Esta es al menos la sexta accin masiva contra el TLCEUCA- RD registrada en los ltimos dos aos. El crecimiento de la participacin popular ha sido significativo en este periodo, ya que si las primeras marchas contaron con la participacin de unos pocos millares de personas, la ltima marcha expresa el hecho de que la poblacin ha tomado conciencia de lo que significa el TLC y de todo lo que est en juego en el momento actual.
Actualmente, el Congreso costarricense tiene en su poder el voluminoso texto del Tratado (ms de 2500 pginas), esperando su pronta publicacin en el Diario Oficial La Gaceta para comenzar la discusin formal del mismo. Se prev que durante lo que queda del 2005 ser muy difcil que vaya a ser ratificado, mxime teniendo en cuenta que la ratificacin o rechazo del Tratado se ha convertido en uno de los ejes centrales de la campaa poltica, antes de las elecciones generales de febrero prximo.
Sin embargo, no es exagerado prepararse para una maniobra como la que hicieron los Congresos de El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Repblica Dominicana, que aprobaron el Tratado prcticamente sin discusin, algunas veces de forma intempestiva y en horas de la madrugada. Los intereses econmicos que estn detrs del TLCEUCA-RD son muy poderosos, en especial porque no se trata solo de un enfrentamiento con las clases dominantes costarricenses, sino que subyace un enfrentamiento con los designios imperiales de la derecha norteamericana y de sus voraces corporaciones. Costa Rica, un pequeo pas que en los ltimos 57 aos no ha vivido una sola guerra, se prepara para pelear frente al pas ms poderoso y belicoso de planeta. Los movimientos sociales costarricenses han logrado a pesar del bloqueo informativo y la escasez de recursos llevar su mensaje a la poblacin, que muchas veces ha experimentado en carne propia lo que significan las polticas de apertura comercial, privatizacin, reconversin productiva, etc., todo lo cual se resume y se potencia con el TLCEUCA-RD.
Todo parece apuntar a que la oligarqua poltico- empresarial que gobierna en Costa Rica, que siempre ha pregonado que sus intereses son los de toda la nacin, ahora no la tendr tan fcil para salirse con las suyas. Si ya en el 2000, la poblacin fue capaz de torcerle el brazo a dicha oligarqua, cuando tuvo que anular una ley que privatizaba las telecomunicaciones y la electricidad, ahora en el 2005 es ms que posible que las movilizaciones populares contra el TLCEUCA-RD puedan derrotar este mega- proyecto de dominacin.
Todo est por verse, pero ya las cartas estn echadas, mxime cuando las mismas Cmaras patronales pro-TLCEUCA-RD, han llamado a las empresas que representan a llevar (quieran stos o no) a sus trabajadores y trabajadoras a una marcha el prximo 24 de noviembre, para pedirle al Congreso que ratifique el Tratado, con lo cual estn legitimando el espacio de las calles como escenario de la contienda. Pero van a verla muy difcil para superar la participacin de la marcha de los movimientos sociales anti-TLC, y solo por la coaccin y la amenaza se entiende que los trabajadores y trabajadoras de la industria (entre los que se encuentran los explotados y explotadas trabajadores de la maquila), saldrn ese da a defender una causa que no les pertenece. Sin la mstica y la combatividad que caracterizan a los movimientos sociales, qu podrn hacer los empresarios, mandando a marchar a sus trabajadores para defender intereses ajenos?, podrn sostener una lucha continuada en el tiempo, como lo plantean los movimientos sociales?
Por lo pronto, el xito de la movilizacin del pasado 17 de noviembre debe ser un acicate para reforzar la lucha en las bases, el trabajo de hormiga, las charlas, visita a comunidades, el trabajo de denuncia y concientizacin promovido los sectores culturales, el trabajo sindical, comunal, estudiantil, feminista, pastoral de todas las redes y sectores que, muchas veces sin conocernos, hemos sabido coincidir en la unidad de la calle, en la accin poltica en defensa de un pas que, todava, nos pertenece.
- Comunidad Web de Movimientos Sociales http://www.movimientos.org/
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