“Durante lo que queda de mi gobierno, no concederé ningún contrato de exploración y explotación minera, decía el Presidente Colom, ante los representantes de las organizaciones sociales y comunidades indigenas de San Juan Sacatepequez, después la marcha que mayas kaqchikeles hicieron en contra de la instalación de una cementera cuyo dueño es la familia Novella”. En dicho acuerdo el presidente no se comprometió a dejar sin efecto las licencias de explotación y exploración minera concedida por los gobiernos anteriores, principalmente en el gobierno de Oscar Berger, quien según fuentes nacionales e internacionales, concedió más de doscientas licencias para ello.
Pocos días después escuchaba en la emisora de radio UY UY UY, un debate conducido por nuestro amigo Jesús Hernández, en donde participaban representantes de las 18 comunidades de San Juan Sacatepequez y un representante de la cementera. Lo que me parece importante resaltar, es que los compañeros de San Juan decían: “No sabíamos que íbamos a estar de frente con este señor, a quien lo acusaban de mentiroso, por eso pedimos que lo que estamos diciendo no lo utilicen en nuestra contra y que por eso no nos persigan como han hecho con los otros compañeros. Que mañana no halla más ordenes de captura, porque ellos (refiriéndose a la empresa) utilizan cualquier intervención nuestra para demandarnos ante las autoridades”.
Hace unos días nos enteramos por información de la Coordinadora y Convergencia Maya Waqib Kej, que unos miembros de la seguridad de la Cementera, habían golpeados a dos niños de San Juan. Al mismo tiempo que en Alta Verapaz(1) , según información del Comité de Unidad Campesina, policías habían violado a una niña Q’eqchi de 14 años.
Mientras tanto, los desalojos, las persecuciones penales, los asesinatos, las violaciones o abusos sexuales, persisten en contra de los pueblos indefensos. El hambre y la desnutrición, sigue creciendo, aunque el presidente y sus ministros en cadena de prensa, nos informan que comida hay lo que falta es que la gente tenga dinero para comprar.
Hambre, desnutrición, relación minifundio y latifundio están de la mano. El hambre es producto del saqueo que ha promovido el sistema capitalista. El Padre Miguel D’Escoto en su visita a Fidel, decía: “La ideología capitalista te dice “ser más es tener más”, Jesús te dice ser más es tener el corazón más grande para poder dar más, sentenció, y llamó a lucha para pasar de la lógica del Yo y lo Mío a la lógica del Nosotros y de lo Nuestro” . (2)
Criminalización de la protesta
Pero el capitalismo, no solo ha acrecentado la situación de pobreza y extrema pobreza, de discriminación y racismo de los pueblos, principalmente de los pueblos indígenas, sino que ahora también sigue criminalizando sus luchas por seguir exigiendo una vida más justa.
De tal manera que la criminalización de las luchas sociales, no es “individual, es siempre colectiva. El castigo de un militante, no es personal e individual, sino forma parte de una criminalización general de los movimientos que luchan por la emancipación social”(3) . Por eso, cuando un Estado conjuntamente criminaliza las luchas sociales, comienza a infundir miedo en la población, para que tome sus precauciones, ante la gente que está llegando, y es mala, además de que pueden ser ladrones.
““Nos daba miedo”, recuerda doña Aurora López, una vecina de la zona 5 que presenció cómo los terrenos aledaños a su casa se iban poblando. “Nos hicieron creer que era gente mala que venía de lejos y que se iban a adueñar de todo. Decían que empezaban con el barranco, pero que se iban a ir reproduciendo hasta quitarnos nuestras casas y eso nos angustiaba.” Doña Aurora eleva las cejas, sus ojos se ven cuatro veces más grandes bajo el cristal grueso de sus gafas, “pero si nos fijábamos bien, los que se fueron a vivir allí habían sido antes nuestros vecinos, gente que alquilaba, gente como nosotros. Era eso lo que daba miedo, porque uno no sabía si más adelante nos iba a tocar bajar”. Después suelta una risita y se persigna, “gracias a Dios no fue así” . (4)
El Estado y el gobierno de Guatemala han firmado infinidad de acuerdos, convenios, declaraciones internacionales en materia de derechos humanos, pero como siempre entre la firma y el cumplimiento, hay un gran vacío. Pero por el hecho de haberlos firmado se compromete y estos instrumentos son vinculantes política y jurídicamente.
Por eso el Gobierno de Guatemala y las fuerzas de seguridad y militar, deben estar conscientes que cuando se ejecuta un desalojo, están violando los derechos individuales y colectivos de esa comunidad que están desalojando. Sobre todo si el Estado y las diferentes instituciones gubernamentales no han podido resolver los problemas que más aquejan a esa comunidad, como lo es: la vivienda y la tierra(5), el hambre, la desnutrición, etc.
En las Observaciones Generales No. 7 adoptadas por el Comité de Derechos Económicos, Socailes y Culturales, “se afirma que los desalojos forzosos en principio (prima facie) violan el derecho a una vivienda adecuada y propician el aumento del número de personas sin hogar. Esto ha sido también reiterado por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en las Resoluciones 1993/77 y 2004/28. Además, en el párrafo 6 de los Principios y Directrices se afirma que los desalojos provocan violaciones a muchos otros derechos humanos internacionalmente reconocidos como el derecho humano a la alimentación, al agua, a la salud, a la educación, al trabajo, a la seguridad de la persona, a la seguridad del hogar, a la libertad de tratos crueles, inhumanos y degradantes y a la libertad de circulación entre otros. (6)
Por eso los Estados, que ratifican instrumentos internacionales en materia de derechos humanos, son a quienes les corresponde la obligación principal de aplicar los derechos humanos en caso de llevarse a cabo un desalojo […]
Entonces, si Guatemala es parte de estos instrumentos qué es lo que pasa. Quién decide en Guatemala: el gobierno, las instituciones o la iniciativa privada. Por qué criminalizar las demandas de los pueblos, si lo único que están buscando es el derecho de ser humanos, como lo manifiesta Otto René Castillo en su poema, “Solo Queremos Ser Humanos”:
Aquí no lloró nadie.
Aquí sólo queremos ser humanos,
darle paisaje al ciego,
sonatas a los sordos,
corazón al malvado,
esqueleto al viento,
coágulos al hemofílico
y una patada patronal
y un recuerdo que nos llora el pecho.
Cuando se ha estado debajo de las sábanas viudas.
Cuando se ha visto transitar el hambre en sentido
contrario.
Cuando se ha temblado en el vientre de la madre,
sin conocer aún el aire, la luz, el grito de la muerte.
Cuando eso nos sucede, no lloran los ojos
sino la sangre humana y lastimada.
Aquí no lloró nadie.
Aquí sólo queremos ser humanos.
Recordarle la patria al desterrado
para verlo revolcarse en la nostalgia.
Cargar un pan en una calle de hambrientos
para que se lancen a mordernos hasta el alma,
darle cara de gallina a la miseria
para que la pueda devorar el hambre,
darle sabor de trigo a la saliva sola
y espíritu de leche a la tormenta.
Cuando se ha nacido entre pañales rotos
y cuando se ha nacido sin pañales.
Cuando nos han limpiado pulcramente el aparato
digestivo.
Cuando se nos dice, comed,
comed vuestra miseria, desgraciados.
Cuando eso acontece, no es llanto el que destilan las
pupilas
es una simple costumbre de exprimir los puños en los
ojos
y decir: aquí no lloró nadie,
aquí sólo queremos ser humanos
comer, reír, enamorarse, vivir,
vivir la vida y no morirla.
¡Aquí no lloró nadie!
Por qué entonces, “casa construida era casa que el Ejército derribaba. Pero la volvíamos a levantar”, recuerda don Paco empuñando una mano que golpea contra su silla de ruedas. “A veces venían en caballos y ni siquiera se bajaban”, cuenta José Palacios, otro de los fundadores de la Colonia la Limonada (7)
Los pueblos solo buscan:
El desarrollo con justicia y dignidad,
no queremos militares que vengan a masacrar,
adelante campesino en la lucha popular,
con la unión de nuestro pueblo
el puño hay que levantar.
Si me abandonas recuerda bien la lucha,
recuperemos la herencia de los padres,
pa’ que haya tierra de sobra pa’ los pobres,
luchemos todos con todo el corazón,
corazón, corazoncito. (8)
Criminalizar las luchas de los pueblos, sin que se le haya puesto un poco de atención para resolverlos, es una flagrante violación a los derechos humanos. Cuando se criminalizan las luchas sociales, a los pueblos y a las organizaciones y a los hombres y mujeres que viven la esperanza de tener un futuro mejor, nos debe mover la articulación y las alianzas para construir una fuerza hegemónica ante la represión del Estado y de las élites nacionales e internacionales.
Hoy Nueva Linda, Alta Verapaz, Ixcán, San Juan Sacatepéquez, Huehuetenango, Santa María Xalapan, Izabal, Petén, Retalhuleu(9), es dedir, todo el país, nos llama a no distraernos con Pro-Reforma, a no perder de vista que el hambre y la desnutrición y todo los otros problemas que aquejan a los pueblos, es producto de la injusticia, la desigualdad y la opresión que los gobiernos y las elites han promovido desde la colonia y que pro-reforma intenta consolidar estas situaciones.
Aquí no solo se trata de rescatar a la institucionalidad del Estado, porque así como la Procuraduría de los Derechos Humanos, carece de idoneidad, para los indígenas, las instituciones del Estado que deberían de pronunciarse a favor de la vida y de los territorios de los pueblos indígenas, como: el Fondo de Desarrollo Indígena de Guatemala (FODIGUA), la Academia de las Lenguas Mayas (ALMG), la Comisión contra el Racismo (CODISRA), Defensoría de la Mujer Indígena (DEMI), también se han separado paulatinamente de los pueblos y solo han estado refuncionalizando el Estado burgués.
El camino entonces es fortalecer la organización social, desde las comunidades y con las comunidades, porque a mayor criminalización, mayor organización, porque solo el Pueblo salva al Pueblo.
Ajtz’ib Maya Poqomchi, es antropólogo del Centro de Reflexiones Nim Poqom
Notas
(1)El departamento de Alta Verapaz, con una mayoria de población indígena maya Q’eqchi y Poqomchi, se ubicado en la región Norte de Guatemala.
(2)http://www.granma.cu/espanol/2009/septiembre/sabado5/Encuentro-con-Fidel.html
(3) Buhl, Kathrin y Korol, Claudia (eds), Criminalización de la Protesta y de los Movimientos Sociales, Sao Paulo, 2008.
(4) Sandoval, Marta, Medio Siglo en la Limonada, http://www.elperiodico.com.gt/es/20090906/112679.
(5) Observaciones Generales adoptadas por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, además del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
(6) OACHD-México, HIC-AL, Derechos Humanos, Proyectos de Desarrollo y Desalojos, Una Guía Práctica, México, 2009
(7) Sandoval, Marta, Medio Siglo en la Limonada, http://www.elperiodico.com.gt/es/20090906/112679.
(8)http://www.prensadefrente.org/pdfb2/index.php/fot/2007/08/27/p3115
(9)http://solidaridadconguatemala.blogspot.com/2009/09/traidores-no-nos-moveran.html. http://www.cuc.org.gt/es/index.php?option=com_content&view=article&id=208:nina-qeqchi-violada-por-la-policia-nacional-civil&catid=34:contenido&Itemid=53.
www.waqib-kej.org
www.albedrio.org