La periodista Helen Hernández sintió enojo y cansancio mientras veía la edición de la revista informativa “Cuba dice”, dedicada a la baja fecundidad del país, que transmitió el Noticiero Nacional de Televisión en la noche del pasado 29 de abril.
Todavía acalorada, escribió, y circuló luego por correo electrónico y las redes sociales de Internet el comentario “Mi cuerpo me pertenece. Reflexiones en torno al tratamiento mediático de la baja natalidad en Cuba”, que sigue provocando una ola de reacciones por parte de intelectuales cubanas.
La joven expresó sin reparos: “Estoy harta de escuchar por los medios cubanos, en boca de periodistas, especialistas y hasta de altos dirigentes de la nación, que las mujeres somos responsables por la baja fecundidad del país”.
“Más que juicios alarmistas “para crear conciencia del problema”, empezamos a requerir políticas públicas coherentes con el escenario real y un enfoque mediático menos reduccionista”, sostuvo.
Remarcó que “la culpabilización de las mujeres por los índices negativos del crecimiento poblacional en Cuba desde los medios de comunicación es ofensiva e inaceptable”.
Hernández instó a hablar sobre las múltiples causas del problema como la crisis económica que sufre la nación caribeña desde hace más de 20 años, el déficit habitacional que obliga a varias generaciones a convivir, la emigración de mujeres jóvenes en edad reproductiva y la falta de corresponsabilidad paterna, entre otras.
También llamó a defender el derecho al aborto, que ganaron las cubanas hace más de medio siglo.
A continuación, la Redacción de IPS Cuba recopila alguna de las reacciones, por mensajes de correo electrónico y las redes sociales, que provocó el texto de Hernández.
Lirians Gordillo, periodista: “El reclamo de un periodismo cubano abocado a la crítica, al contraste de fuentes, a la investigación profunda resulta cada vez más frecuente. Sin embargo, ese interés por superar los prejuicios y vicios en los que ha caído nuestra profesión no fecunda en temas relacionados con las mujeres, el feminismo, el machismo, la homofobia, el racismo y otras expresiones de discriminación.
“La sagrada sociedad patriarcal continua impoluta y se legitima a todo color”.
“Cuba dice apostó por una selección de testimonios que enaltecen como un valor el sacrificio de las mujeres a favor de la maternidad; no se menciona la responsabilidad y participación de los hombres incluso de aquellos que hoy construyen una paternidad responsable y activa. Por último, quizá sin proponérselo, el material justifica en cierta medida el control patriarcal sobre el cuerpo y la sexualidad de las mujeres.
“A mi juicio lo que conspira contra la natalidad no es el incremento de los abortos, sino la deficiente educación sexual y planificación familiar cuyo efectos se reflejan, por ejemplo, en el incremento de los embarazos adolescentes y no deseados. De lo que se trata es de hacer más cercana y efectiva la educación sexual y no condenar el aborto, mucho menos frenarlo pues así se violaría el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo”.
Georgina Herrera, escritora: “Qué pena y qué tristeza me han dejado lo que “el pueblo dice”. No pensé nunca que el pensamiento, en lo que a Género se refiere, estuviese colgando de un escalón tan endeble. Creo que, cuando de informar al pueblo de lo que el pueblo dice, a veces, es menos malo el silencio que el disparate. Para eso existe, y se usa bastante, el corte y la edición”.
Sandra del Valle, periodista: “Y ahora, que pronto se celebrará el Día de las Madres (segundo domingo de mayo), debemos nuevamente pensar hasta cuándo la maternidad será perpetuada como el honorable sacrificio de las mujeres. ¿Dónde están las políticas públicas que respondan a las necesidades actuales de reproducción social? ¿Dónde está el cuestionamiento a la paternidad no comprometida? Si el Estado reclama, que responda como debe ser: con políticas públicas”.
Georgina Alfonso, filósofa: “Las feministas tenemos que poner con más fuerza reflexiones como esta en los espacios de debates y tomas de decisiones, incluyendo en el análisis todas las dimensiones que lleva.
“La maternidad es una responsabilidad social. (…) Asumirla de otra forma, ya sea como asunto privado o público, reduce el tema a una cuestión de relaciones de géneros exclusivamente. El derecho a una salud sexual y reproductiva sana y responsable, a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestras vidas lo hemos ganado dignamente, no nos lo han regalado”.
Marta Núñez, socióloga: “Al programa (“Cuba dice”) le dedican un momento de alta audiencia en la televisión. Por lo tanto, la visión que trasmitió fue dañina, muy dañina. Lo que salva esta situación es el realismo con el que viven las cubanas y también los cubanos de nuestros tiempos.
Estoy segura que muchísimas personas, sobre todo quienes se especializan en estos temas, se escandalizaron.
“Te sugiero (Helen Hernández) que sigas el hilo de tus reflexiones y las de las personas que respondan a tu correo para componer algo más “trascendente”, no por pretender protagonismo, sino para detener cualquier intento de borrar el derecho de las cubanas al aborto”.
Dixie Edith, periodista: “En todo caso, en Cuba la baja fecundidad es una consecuencia de la aplicación de políticas sociales, educativas y de salud, favorables, sobre todo para las mujeres y sus familias. Esos indicadores dan fe del desarrollo alcanzado en asuntos muy debatidos internacionalmente como el derecho y acceso pleno a una real salud sexual y reproductiva. Así, tachar la dinámica demográfica de “problema”, es negar mucho de lo conquistado, como en el caso del aborto”.
Magda González, realizadora: “Lo peor de estos errores en los medios es que se producen por falta de información y preparación de los periodistas. Desde mi mirada como realizadora que cuenta historias, he estado pensando en abordar el tema de las mujeres que no quieren tener hijos o que asumen ser madres solteras y por qué. Y aunque sea ficción, buscaré esas estadísticas y estudios que existen y trataré de ser responsable con el enfoque que se le dé en la historia”.
Reina Fleitas, socióloga: “Hace falta estudiar más la reproducción de los hombres y exigirle que cumplan sus deberes en ese campo. Hace falta crear condiciones para poder asumir una maternidad sin estrés y que no implique que las mujeres tengan que renunciar a todo para tener hijos.
“Y hace falta sobre todo que se den cuenta que hay una Población Económicamente no Activa de mujeres que no están aprovechando productivamente dándole empleo, aunque ellas trabajan en los hogares.
“La mirada está sesgada porque culpabilizan a las mujeres pero no ven el lado de sus derechos, siempre desde la óptica del deber, como lo entienden otros y no las mujeres”.
Odalys Calderín, editora: “En el año 1994 quede viuda con una niña de cuatro años, que hoy es médico. No recibí pensión de su padre porque había dejado hacia seis meses de trabajar con el Estado. Él era músico y como ya yo era licenciada, ganaba más de 100 pesos. Gracias a mi especial familia salí adelante. Era muy joven, 23 años, y decidí no tener más hijos aun con lo que me gustaban”. (2014)
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