Un panel sobre la I Asamblea de Movimientos Sociales hacia el ALBA, realizada en Sao Paulo del 16 al 20 de mayo pasado, puso en la agenda de grupos y proyectos que en Cuba tienen como eje la solidaridad con América Latina, este proceso integracionista que se teje desde abajo. En la Casa del ALBA, justo el 28 de junio, día de la resistencia hondureña, se celebró el encuentro, con el objetivo de socializar los resultados de la reunión en Brasil y analizar las posibilidades de trabajo desde la isla.
Convocado por el Grupo América Latina Filosofía, Sociología y Axiología (Galfisa) del Instituto de Filosofía de La Habana, el evento tuvo un público mayoritariamente joven, integrantes del proyecto Nuestra América y de diversas áreas de las ciencias sociales. Como suele suceder en los talleres sobre Paradigmas Emancipatorios, intelectuales orgánicos y estudiantes universitarios confluyeron con quienes participan en espacios de movimientos sociales para reflexionar sobre estrategias contrahegemónicas y modos de participación y contribución con estas luchas.
Los representantes cubanos en la Asamblea, Joel Suárez y Llanisca Lugo, del Centro Martin Luther King; Mario Molina, de la OSPAAAL, Osiris Oviedo de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), María del Carmen Barroso, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), así como miembros de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y de la Red de Educación Popular abordaron los resultados de ese primer intercambio continental de la Articulación, que contó con alrededor de doscientos participantes en la Escuela Florestan Fernandes del Movimiento Sin Tierra (MST) brasileño.
Joel Suárez recorrió los hitos del proceso hasta la Asamblea, desde que empezó a encaminarse por el 2006, y el empuje que significó el Foro de Belem del 2009 donde se presentó la Carta fundacional. Esencialmente sobre los retos de este proyecto debatieron quienes asistieron al encuentro. Las miradas se colocaron en el contexto, en la importancia de la integración desde adentro de las luchas populares, que debe ser construida no sólo con los líderes de movimientos sociales, sino con los militantes, los luchadores y luchadoras de estas organizaciones de amplia base social.
Asimismo se profundizó en la relación de este proceso con mecanismos de integración gubernamentales como el ALBA. Se destacaron los principios en común y los desafíos frente a un escenario de rearticulación de las derechas. En ese sentido, se habló del reciente acuerdo entre Colombia y la OTAN.
Se compartieron los ejes de trabajo de la Articulación como la solidaridad, la comunicación y la movilización y la agenda surgida en la Asamblea. Cuba tiene un compromiso histórico con los movimientos sociales, dijo María del Carmen, quien subrayó el hecho de que estas organizaciones del país participen también en el Consejo de Movimientos Sociales del ALBA, lo que puede asumirse como una doble contribución a los esfuerzos y proyectos de beneficio popular.
La jornada se convirtió también en un homenaje a la resistencia en Honduras. Desde la Casa del ALBA se envió un mensaje de solidaridad a la lucha en la nación centroamericana que se levantó con más fuerza contra el golpe de Estado del 28 de junio del 2009.