La democracia en Guatemala, formalmente reiniciada en 1985 luego de años de gobiernos fraudulentos,
ha mostrado serias limitaciones para su efectiva aplicación. El sistema ha privilegiado los aspectos
electorales como eje central del ejercicio democrático, dejando de lado lo relativo a la satisfacción de las
necesidades básicas de la población, no digamos del efectivo goce del bienestar.
Sucesivos gobiernos han insistido en defender y ejecutar políticas para reducir el Estado y privatizar los
recursos públicos, lo cual ha dejado grandes beneficios a unos pocos grupos políticos y económicos, en
detrimento de la mayoría.
El discurso de la derecha, que pretende constituirse en hegemónico, sostiene que el neoliberalismo es la
panacea para los problemas sociales, sin embargo, se ha demostrado claramente que la aplicación de
este tipo de políticas ha significado mayor pobreza y exclusión. En los últimos cinco años la participación
en los ingresos totales del veinte por ciento más pobre de la población guatemalteca ha bajado del 2.7%
al 1.7%; mientras la del veinte por ciento más rico de la población se ha incrementado del 62% al 64%.
Por lo tanto, reafirmamos que la teoría del derrame ha mostrado ser una falacia.
Vemos ahora que en el Programa de Gobierno de la UNE se pretende continuar con estas políticas
impulsando los megaproyectos y la explotación irracional de los recursos naturales, entre ellos la tierra,
los bosques, el agua y los minerales, con lo cual solamente se benefician empresas nacionales y
transnacionales.
Es tiempo ya de que el pueblo vea que la democracia no se limita a asistir a las urnas cada cuatro años;
es tiempo ya de que nuestras demandas y aspiraciones se ubiquen como prioritarias en las políticas
públicas. Vigilaremos que este gobierno actúe en esa dirección. Llamamos a la comunidad internacional
a no dejarse sorprender por un discurso socialdemócrata que carezca de sustento en la práctica.
Por nuestra parte ratificamos nuestra lucha, aportes y compromiso con los cambios de fondo que nuestro
país necesita: Justicia, educación, salud, vivienda, desarrollo rural, acceso a medios de producción para
la población, en particular la tierra; justicia tributaria, soberanía alimentaria, cambio en las relaciones de
poder inequitativas y autoritarias, el irrestricto respeto de los derechos laborales; el cumplimiento de los
Acuerdos de Paz; la plena vigencia de los derechos de los pueblos indígenas, de las mujeres, de la
niñez, de la juventud, del pueblo, como elementos centrales de la verdadera democracia.
Estamos atentos a las luchas de los pueblos en otras partes del mundo y en este continente.
Respaldamos los logros en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba. Saludamos a los Presidentes Hugo
Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, Fidel Castro y a todas y todos aquellos mandatarios que junto a
sus pueblos a pesar de la oposición del poder imperial avanzan en las transformaciones necesarias
para colocar a los seres humanos, no al capital, como centro de las acciones de los Estados.
¡De la resistencia al Poder!
¡Otra América es Posible y Necesaria!
Guatemala, 14 de enero de 2008