Esta madrugada del 3 de marzo, asesinaron vilmente a nuestra Bertha, luchadora, líder, madre, mujer valiente, hermana nuestra. Mucho dolor e indignación.
Para nadie resulta ajeno que Bertha encabezada una lucha contra todo un sistema, no solo en Honduras, donde luchaba por el derecho de los pueblos indígenas, campesinos; es que su lucha trascendió las fronteras.
Había sido amenazada, presa, agredida, perseguida, criminalizada. Bertha siguió resistiendo, organizando, poniendo el cuerpo. No pudieron con ella. Le tenían miedo porque no les temía. La mataron. Cobardes.
Su muerte nos recuerda hasta donde pueden atreverse, hasta donde pueden llegar si no los paramos. Vienen con todo contra el pueblo que resiste.
Es un momento para ir a la calle, para fortalecer la lucha, para denunciar a los enemigos del pueblo, para unirnos contra el imperialismo y las trasnacionales que no se pararan si no los detenemos.
Llamamos a la movilización de todas las organizaciones amigas.
¡Ni perdón, Ni olvido!
¡Justicia, Justicia!