Retomar las experiencias de las Cortes de Mujeres realizadas en los Foros Sociales Mundiales y de los Talleres Internacionales sobre Paradigmas Emancipatorios, de La Habana, con el propósito de contribuir a la construcción de nuevos modos de articulación política emancipadora, que fortalezcan la diversidad social-humana desde la perspectiva de una cultura de la vida necesariamente antipatriarcal y anticapitalista fue el motivo para un rico y provechoso intercambio en el ámbito del III Foro Social Américas que sesionó en Guatemala.
La sala permaneció repleta y desde el inicio de la sesión los espíritus ancestrales de los pueblos originarios de Bolivia ayudaron a encender el fuego y elevar las energías. Las personas fueron ocupando los espacios en medio de la premura con que suelen ocurrir estos eventos. Gente joven, mayoritariamente mujeres, fueron interpeladas por los testimonios de los oradores que hablaron desde sus vivencias y experiencias de articulación política, los modos de organización para realizar alternativas de producción y reproducción social de la vida sustentadas en el respeto a las identidades y a la diversidad, experiencias todas al margen de la lógica del capitalismo y el patriarcado.
A partir de esta pregunta provocadora, ¿cómo hemos desafiado las lógicas patriarcales y capitalistas en nuestras experiencias de vida? ¿Qué ha significado ese desafío? se abrió el debate:
Para Nalú Faria, de la Marcha Mundial de Mujeres, “las luchas antisistémicas del movimiento feminista contra la relación patriarcado-capitalismo deben ser asumidas por los movimientos sociales populares, si realmente queremos trascender esta civilización excluyente, patriarcal, discriminatoria y depredadora”.
“El intercambio de resistencias, señaló Berta Cáceres —integrante de Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, COPINH,—, es una de las cosas más valiosas. Nosotros tenemos siempre presente que nuestras organizaciones de base deben encontrarse y platicarse y compartir cómo estamos resistiendo, qué diversas formas tenemos de lucha desde nuestras creatividades con el silencio hasta los gritos que damos en las calles. Ahí en ese cotidiano de lucha es que nos percatamos que estamos vivos, que tenemos fuerza para defender nuestros derechos y avanzamos, aunque no lo pareciera, a pesar de la fuerza del poder que es asimétrico totalmente. Sin embargo, si es posible sacar logros. Creo que espacios como este del foro debería servir no sólo para la expresión de esas luchas, sino también para que desde los diferentes aportes, se pueden construir reales alternativas y propuestas políticas para el cambio. Eso, a mi juicio, deberíamos saber aprovecharlo mejor”.
Ariel Dacal, historiador cubano, expresó en este taller “Los sentidos antisistémicos de las luchas emancipatorias” es un proceso que reconstruye toda la práctica política, de resistencia, transformadora de los modos de vida y también el pensamiento teórico que acompaña a estos procesos. Es parte una necesaria conexión y diálogo entre las prácticas y las teorías para comprender los sentidos y los referentes. Lo que está claro es que tiene que existir una relación dialéctica entre la práctica y cómo se explica, cómo se cuenta y cómo se sistematiza ese pensamiento. El asunto está en analizar, profundizar en cuáles han sido los métodos tradicionales para hacerlo. De modo que experiencias como estas tratan de ir cerrando estas brechas. Este planteamiento nos da cuenta que el verdadero punto de reflexión a partir de los sentidos éticos y políticos sobre los cuales hemos reflexionado hoy es el diálogo político, es la puesta en común de nuestras ideas, experiencias, y nos ayuda, en muchos casos, a aportar nuestros saberes pero también a reincorporar muchos elementos que nos sirve para la lucha”.
Existen experiencias que hoy día están creando y recreando nuevos modelos de relacionamiento humano. Es Decir hay nichos antisistémicos que están reproduciendo sus experiencias con normas, conceptos, con cultura y modos de razonamiento totalmente distintos. Esto nos reta a visualizarlas, establecer conexiones entre ellas, porque sin dudas, la hegemonía es reversible.