“Buscaremos sancionar a los culpables y no pagar la deuda ilegítima”, afirmó el Presidente Rafael Correa al recibir, el 20 de noviembre, el Informe de la Comisión Ecuatoriana de Auditoria de la Deuda ante un auditorio quiteño repleto de ministros, asambleístas, autoridades locales, miembros del cuerpo diplomático, invitados internacionales y representantes de diversos movimientos y organizaciones de la vida social, política, cultural y religiosa del país.
No menos contundente, el público presente estalló una y otra vez al grito de “¡No debemos nada, la deuda está pagada!” y “¡Cárcel a los traidores!”, mientras el presidente anunciaba las primeras medidas de seguimiento. Entre ellas, la instrucción para que se inicie ante tribunales ecuatorianos las causas pertinentes y el comienzo en la Cámara Internacional de Comercio en París, de un proceso arbitral contra el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, el BNDES, a raíz de los créditos que fueron otorgados a la empresa brasileña Odebrecht para la construcción de una represa hidroeléctrica cuyo funcionamiento tuvo que ser suspendido en junio, luego de menos de un año de operaciones, por graves falencias estructurales.
La expectativa en torno al seguimiento de esta primera auditoria integral oficial de deuda pública venía creciendo desde que el gobierno anunció su decisión de no pagar $30 millones en intereses sobre los bonos Global 2012 que vencían el 15 de noviembre, a la espera del informe de las investigaciones iniciadas en julio de 2007 a fin de determinar la legitimidad y legalidad de los reclamos de deuda externa e interna acumulados entre 1976 y 2006. Al suspender el pago, el gobierno ecuatoriano aclaró que no estaba entrando en una moratoria sino acogiendo a un período de gracia de 30 días contemplado en los acuerdos de emisión de los mismos bonos.
La presentación pública del Informe de la Comisión de Auditoría Integral (CAIC), caracterizada por sus propios exponentes como “un resumen del resumen del resumen de la documentación estudiada y las conclusiones desarrolladas”, fue centrada justamente en los diversos tramos de deuda comercial, como los bonos Globales, que para el año 2007 constituyeron el 30% de la deuda pública ecuatoriana y el 44% del pago de intereses.
“El análisis es concluyente – señaló el Presidente Correa al respecto – La emisión de bonos Globales 2003 y 2012 presenta graves presunciones de ilegalidad, en la oferta de canje, en la contratación de los agentes financieros. Se firmaron contratos sin autorización presidencial y la oferta se firmó alterando las fechas de documento.” Los gráficos de la presentación mostraron con claridad como cada canje o renegociación, “cínicamente llamados programas de desendeudamiento”, resultaron en aumentos del volumen total de la deuda reclamada. Por ende, el mismo presidente aseguró que ya obraron en manos del procurador y del fiscal de la República copias del Informe de Auditoria, a fin de poder avanzar en la judicialización y sanciones correspondientes de estas y muchas otras presunciones de ilegalidad. “El costo debe ser trasladado en partes iguales a los responsables de adquirirla (deuda ilegítima) – aseguró el mandatario – tanto quienes la prestaron como quienes la contrajeron.”
El presidente hizo hincapié además en las consecuencias del ciclo de endeudamiento ilegítimo para el país y la necesidad de poner fin al saqueo que ha significado. “Entre 1976 y 2006 – señaló -, el proceso de endeudamiento del Ecuador benefició al sector financiero y empresas transnacionales y afectó visiblemente los intereses de la Nación. Los condicionamientos impuestos y los pagos erogados limitaron derechos fundamentales de personas y de pueblos, profundizando la pobreza, aumentando la migración y deteriorando las condiciones ambientales…”.
El informe de la Comisión, sustanciado en miles de hojas de documentación descubierta y revisada a lo largo de las investigaciones de la CAIC, abarca no solo los reclamos de deuda comercial sino también los de deuda multilateral, bilateral e interna. Por razones de tiempo las principales conclusiones de estos otros tipos de deuda no fueron presentadas en esta ocasión, pero el Presidente Correa sí aprovechó el momento para subrayar que eran tan contundentes y negativas como las que se habían dado a conocer. Según anunció, contrariando sus propios estatutos constitutivos “los organismos multilaterales de crédito profirieron perniciosos sistemas de endeudamiento, al operar en alianza con poderosos acreedores privados y empresas transnacionales para respaldar deudas ilegítimas, como las negociadas en el Plan Brady.” Enfatizó que la acción de las instituciones financieras internacionales (IFIs) como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, había debilitado la soberanía de los países deudores y anulado su capacidad de planificación para el desarrollo.”
Hasta la victoria siempre
El camino para adelante no le será fácil al país. Los prestamistas de siempre reaccionaron fuertemente mientras las calificadoras de riesgo aliadas movieron todas sus fichas. El gobierno de Brasil, que desde junio ha adoptado una política de cerrada defensa de la empresa bahiana Odebrecht, llamó a consulta a su embajador en Quito. La derecha ecuatoriana junto con los ex presidentes, ministros de finanza, dirigentes del Banco Central y de los intereses económicos-financieros más concentrados del país, señalados muchos con nombre y apellido en el Informe, buscaron descalificar las conclusiones de la CAIC cuestionando su idoneidad y lanzando críticas xenofóbicas contra la participación de personas no-ecuatorianas en las denuncias realizadas. La CAIC incluyó a representantes gubernamentales, de organizaciones y movimientos sociales ecuatorianos y de las principales redes regionales y mundiales de lucha contra la deuda, entre ellas Jubileo Sur y el Programa sobre Deuda Ilegítima de la Federación Luterana Mundial.
Sobre todo en el actual contexto mundial de plena crisis económica, cuando las arbitrariedades y falencias del sistema financiero y de sus principales agentes están a la vista de todos, la auditoria abre un escenario nuevo y propicio para avanzar en la construcción de repuestas integrales y articuladas desde los gobiernos de la región. El gobierno ecuatoriano buscará movilizar el respaldo de sus pares en defensa de su histórica y soberana actuación, y redes como la Alianza Social Continental, además de los movimientos contra la deuda y las IFIs, ya han anunciado su apoyo en ese sentido.
El Grupo Nacional de Deuda, que en Ecuador articula un conjunto importante de organizaciones y redes sociales, pueblos indígenas, sindicatos y grupos religiosos y cuya lucha ha sido instrumental en la conformación y desarrollo de la Auditoria, se pronunció inmediatamente señalando que compartía con el Presidente Correa la tesis de priorizar el pago de la deuda social por sobre el pago de cualquier deuda financiera. También apuntó a las estrategias que continuará impulsando a fin de seguir avanzando sobre la base de la Auditoria. Entre ellas, subrayó la importancia de la lucha contra la impunidad: la necesidad de reclamar sanciones y reparaciones frente al conjunto de delitos, irregularidades y perjuicios que la auditoria muestra y documenta. Asimismo, la urgencia de poner fin a un modelo de endeudamiento depredador, reconociendo que en verdad, Ecuador es un país acreedor que debe reclamar lo que le corresponde.
El Grupo Nacional de Deuda (GND) también coincidió con el Presidente Correa al señalar que no habrá solución integral al problema de la deuda mientras no se transforme la arquitectura financiera internacional. “La Auditoría muestra que el modelo neoliberal de endeudamiento arrasó con nuestra soberanía, destruyendo también la institucionalidad y el sentido de lo público – afirmó el GND en su pronunciamiento – Son estratégicas, en ese sentido, las políticas nacionales y regionales ya en marcha para recuperar soberanía, ampliarla, y fundar en ella otra arquitectura financiera, al servicio del buen vivir…”
No sólo hará falta nuevos mecanismos internacionales para tratar el problema de la deuda ilegítima – como reclamó el presidente ecuatoriano – sino un nuevo funcionamiento regional y mundial para lo cual hizo además un llamado a todos los gobiernos de los países endeudados del Sur, y sobre todo los más pequeños, de unir esfuerzos y no dejarse entrampar por las respuestas que ofrece el sistema actual. “Con los 700 mil millones de dólares que ha ofrecido el gobierno estadounidense para rescatar a los bancos responsables de la actual crisis, se podría cubrir por lo menos el 50% de las inversiones necesarias de aquí al 2014 para lograr que se cumpla con los Objetivos del Milenio – señaló el Presidente Correa. La realización de auditorias de deudas en otros países, como se empieza a vislumbrar en Paraguay y Bolivia, además de los esfuerzos de auditoria ciudadana en diversos países de la región como Brasil, Haití y Argentina, debería formar parte de esa agenda de cambio, junto con el puesto en funcionamiento de un Banco Solidario del Sur y otras iniciativas estratégicas que movimientos de todo el continente exigieron a los gobernantes en una Carta abierta enviada el 17 de octubre del corriente.
Desde Ecuador los movimientos sociales, pueblos indígenas, redes y organizaciones están convocando a una gran movilización el día 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, para respaldar el no-pago de los bonos Global 2012 dadas las graves presunciones de ilegalidad. Desde Jubileo Sur, invitamos a sumarse a todas las organizaciones de la región y más allá, apoyando y reclamando una acción decidida de parte del gobierno ecuatoriano, en defensa de los derechos no sólo de su población sino de todos los pueblos y la naturaleza afectados por la dominación ejercida a través de una deuda ilegítima ya pagada. La coyuntura mundial de profundas crisis alimentaria, climática, energética, económica-financiera, es un momento propicio para la búsqueda de soluciones que llegan al fondo de los problemas. Como concluyó el mismo presidente Correa, durante el acto de presentación de la Auditoría ecuatoriana, es hora de asumir los retos de un verdadero desarrollo: “Ya basta de tanto saqueo. Ya basta de tanto latrocinio. Ya basta de tanta inequidad. Demostraremos que somos un país soberano. ¡Hasta la victoria siempre!”
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