Con el objetivo de favorecer la comprensión, reflexión y análisis a propósito del matrimonio igualitario y el amor, se activó el espacio fijo “7 Puntos de Vista”, de la Cátedra de Educación Popular de la Universidad de Guantánamo. El mismo se destina fundamentalmente a los estudiantes y se produce en la residencia estudiantil donde confluyen educandos de todas las carreras.
Este espacio se viene realizando desde mediados de octubre cada miércoles en el salón de la residencia estudiantil. Por la actualidad, interés y necesidad de abordar el tema del matriomonio igualitario – uno de los puntos más polémicos de la consulta popular sobre el proyecto de reforma constitucional-, que ha tenido gran impacto entre los estudiantes, “7 Puntos de Vista” se realizará ahora con mayor frecuencia.
Se trata de un taller cuyo tema inicial es el amor, porque lo es. Se trata de reflexionar sobre cómo actuamos con los otros y las otras a partir de lo que tenemos introyectado en nuestro saber popular. Resulta interesante cómo en cada caso cuando iniciamos con frases como “el amor no tiene edad”, “el amor no tiene raza”, “el amor no tiene límites”, “el amor no tiene idiomas”, “el amor no tiene sexo”, nadie opta por colocarse en éste último, aunque el discurso después es el de aceptar a los homosexuales. Aquí se produce una contradicción, ya que tal planteamiento queda sólo en el discurso. Se declara el miedo a ser etiquetado como tal. Entonces podemos preguntarnos ¿la persona que discrimina a otro o a otra puede amar? ¿Podemos marginar, segregar, no tener en cuenta, apartar y a la misma vez amar? ¿Quién tiene el derecho de impedir o limitar el amor? ¿Puede un proyecto socialista como el nuestro quitarle el derecho a un grupo social por su orientación sexual?
Compartir ideas sobre los mitos y estereotipos es seguir mirando nuestra práctica, vernos por dentro, entender las relaciones de poder que existen en la sociedad y razonar sobre la discriminación, no solo racial, sino en sus distintas expresiones y en los efectos negativos que produce en el ser humano y su desenvolvimiento social.
Compartir las experiencias vividas sobre sentirse minimizado o marginado y ponernos en el lugar del otro, o vernos como discriminadores o agentes que perpetuamos la discriminación con nuestras actitudes, aunque sea sólo apoyando ideas dogmáticas en contra de la felicidad y armonía del ser humano en la sociedad, permite la problematización del asunto.
El material audiovisual “Diversidad e inclusión-El amor no tiene etiquetas” y el folleto Consentimiento a propósito del debate sobre el matrimonio igualitario, aportado por el Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr., permiten adentrarnos en el tema y entender que tenemos la oportunidad de dar nuestro consentimiento al artículo 68 del proyecto constitucional, que aporta una visión humanista al sistema social cubano. Es importante entender este momento como una oportunidad para garantizar a todos por igual el disfrute de sus derechos. Es una cuestión de equidad y justicia ciudadana, pues todos y todas tienen los mismos derechos. Es la oportunidad de construir un país más inclusivo y justo.
Durante el espacio “7 Puntos de Vista”, un total de 25 participantes, de ellos seis profesores y los demás estudiantes, compartimos la idea de que somos seres sociales, no individuales; que necesitamos al otro y a la otra para intercambiar, reír, aprender, amar, reproducirnos, construir, avanzar y proyectarnos.
Para hacerlo en armonía y felicidad debemos respetar nuestras diferencias y aprovechar lo que nos une como seres humanos para poder ser coherentes con el amor, actuar con honestidad y justicia dentro de un proyecto social cubano que se enfrenta a cambios importantes donde somos los responsables de aprobar y proponer los más justos que respondan a las necesidades de bienestar.
Al final del encuentro terminamos abrazados, con la canción de Serrat que tan certero nos dice “por suerte somos distintos también, y fíjate, no sé si me gusta más de ti lo que te diferencia más de mí o lo que tenemos en común. Te guste o no.”.
La discriminación es una construcción social que ha sido aprendida y como tal se puede cambiar, se puede desaprender. Por eso en este tiempo de debate sobre el matrimonio igualitario, confiamos en que triunfe el amor.