Osmani Tamayo es un campesino de Aeropuerto Viejo, tal vez descendiente de aquellos Generales bayameses que con su mismo apellido, hace 150 años, cantaron el himno aquel 20 de Octubre de 1868 y acompañaron a Carlos Manuel de Céspedes a despertar de una vez el espíritu de la nacionalidad cubana.
El anfitrión del intercambio contado en las imágenes, es un enamorado de su tierra, sus guayabas y su compañera de viaje. En el patio de su casa nos habló elocuentemente de los aprendizajes del trayecto, de la sabia que los guajiros acumulan con los años y de los fiascos de sus experimentos, más que errores inservibles, información valiosa para el proyecto de vida.
Hoy sus competencias son parte de sus alegrías y se incorporan sin reserva alguna a los saberes compartidos con los demás familiares y fincas vecinas. Por la suya comenzamos un recorrido con Néstor Napal, representante en Cuba de Ayuda Popular Noruega (APN), con las pretensiones de visibilizar en otros ámbitos y organizaciones lo que acá se hace y anima con el apoyo de la red de educación popular.
Los demás productores allí reunidos estuvieron contándonos de sus aspiraciones y de la red de campesinos que se articula en la región, donde injertos, mejoramiento de suelos, escuelas de campo, manejos sustentables, economía solidaria, barreras agroecológicas, energía renovable, encadenamientos productivos y soberanía alimentaria, son las dimensiones más profundas de la experiencia que se encamina.
No es fortuito que en Bayamo se hable de soberanía, independencia, libertad y desarrollo genuino. Eso es lo que vincula las prácticas que acompaña la Red Demanos en Aeropuerto Viejo al grupo gestor de la experiencia comunitaria que hoy abre sus ámbitos a la artesanía, la cultura física, el deporte, la comunicación, las artes y la participación ciudadana del sujeto colectivo. Todas bajo un mismo horizonte político: la construcción de poder popular.
Ese es también el nexo más claro y consciente entre los que allí estábamos, con aquellos generales bravíos de las guerras de independencia nacional, cuyo parentesco con Osmani y nosotros ya no hace falta demostrar para que sea cierto.