El objetivo del estudio “Volatilidad de precios en los mercados agrícolas (2000-2010): implicaciones para América Latina y opciones de políticas”, divulgado ayer (2), es evaluar las causas y los efectos de este fenómeno, y formular propuestas de políticas públicas para que los países adopten medidas para enfrentar la inestabilidad.
Según la investigación, el escenario actual es de cambios imprevisibles e intensos en los precios de los productos agrícolas, lo que genera diferentes impactos en los países. Desde el segundo semestre de 2010, los precios internacionales de los alimentos aumentaron sobrepasando inclusive los niveles alcanzados durante la crisis económica mundial de 2008. La previsión es que el alza de los precios se mantenga en el futuro.
“La gran fluctuación de precios llegó para quedarse, por eso, la región debe prepararse”, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL. El informe afirma que “los países de la región encaran grandes desafíos en cuanto a la implementación y combinación de instrumentos de política, tomando en cuenta las particularidades y restricciones de cada nación”.
A pesar de que el alza de los productos agrícolas representa una oportunidad de mejorar el intercambio para los países latinoamericanos, esa incertidumbre también puede impactar negativamente en la seguridad alimentaria y en movilizaciones sociales, además de aumentar la desnutrición en la región.
La inestabilidad también acarrea riesgos, especialmente, para los pequeños agricultores, pues aumenta la incertidumbre sobre sus ingresos. El informe destaca la importancia de los programas de apoyo a las poblaciones más vulnerables.
Uno de los puntos señalados como importantes para la superación de esta crisis es la inversión en el sector agrícola. “Consideramos fundamental la aplicación de estrategias de fomento agrícola que contemplen en su diseño políticas diferenciadas, que permitan atender la principal característica de los países de la región: su gran heterogeneidad”, se evalúa en el informe.
Según el informe, los países de la región han dado más importancia a la inflación y al consumidor, que al productor y a la producción agrícola. Sin embargo, en la evaluación de las tres entidades, la búsqueda de soluciones a los problemas estructurales puede reducir significativamente la vulnerabilidad de los países.
CEPAL, FAO e IICA consideran además que es fundamental invertir en el desarrollo institucional del sector agrícola y adjudicar mayores valores a la agricultura. “En el largo plazo es vital desarrollar mercados nacionales y territoriales, reduciendo los costos de transacción de los pequeños productores, creando canales eficientes de comercialización de alimentos frescos, que conectan en forma más directa la producción con la demanda local”, se concluye.
Este informe es el primero de una serie relacionada con la publicación “Perspectivas de la Agricultura y el Desarrollo Rural en América Latina y el Caribe”, un trabajo realizado por las tres agencias desde 2009.
por: Tatiana Félix
Para leer el estudio “Volatilidad de precios en los mercados agrícolas (2000-2010): implicaciones para América Latina y opciones de políticas”, en forma completa: http://www.rlc.fao.org/es/politicas/pdf/boletines/bol01.pdf
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com