El proceso de diálogo, el camino hacia la Asamblea Constituyente, la violación a los derechos más elementales del pueblo hondureño, el papel de la comunidad internacional, el proceso electoral, entre otros, fueron los temas planteados en la entrevista.
La semana pasada se ha reunido con diferentes sectores a nivel nacional e internacional ¿Cuál es el estado actual de proceso de diálogo?
El diálogo no es sincero de parte del gobierno de facto porque me tienen en un cerco militar, solo me han mandado personas afines a ellos y representantes de la comunidad internacional, como los miembros de la OEA, Canadá y los diputados de Brasil.
No puedo hablar con miembros de la Resistencia, de mi gabinete, con empresarios y religiosos. No permiten visitas, están entorpeciendo las llamadas telefónicas y para hablar con ustedes tengo que venir a encerrarme en un cuarto con papel de aluminio para poder comunicarme. Además han decretado una suspensión de garantías constitucionales por 45 días y han cerrado medios de comunicación.
La gente quiere el diálogo, pero el régimen mantiene la represión y no está siendo ni sincero ni abierto, sino todo lo contrario.
¿Qué se espera de la visita de la OEA prevista para esta semana?
Los Cancilleres podrían estar sometidos a un grandísimo riesgo de burla y de escarnio si no vienen determinados a firmar el Plan Arias. La visita debe tener este objetivo, porque si se trata solamente de seguir discutiendo bizantinamente temas infinitos, los gobiernos americanos van a perder mucho de su credibilidad.
Usted ha aceptado firmar el Plan Arias o Acuerdo de San José, en el cual no se contempla la principal demanda del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado, que es iniciar un proceso para llegar a instalar una Asamblea Constituyente. ¿Esto supone una cesión por parte suya?
El que va a firmar el Plan Arias soy yo como representante electo del pueblo hondureño. El Plan tiene dos componentes: mi restitución para decirle no a los golpes de Estado, que es lo que les interesa a los Presidentes latinoamericanos para sentirse seguros de que se va a respetar la soberanía popular y de que no se sustituya la voluntad del pueblo por una élite militar, económica y política.
El segundo componente son los procesos y reformas sociales y tienen que ver con el tiempo. Yo me he comprometido a que antes de las elecciones no voy a tomar ninguna iniciativa en ese sentido, pero eso no quiere decir que los procesos van a detenerse. Yo nunca plantee la Constituyente para que se desarrollara durante mi gobierno, sino para el próximo gobierno donde yo ya no voy a ser Presidente.
La Constituyente no es una facultad ni del Presidente, ni del régimen de facto, ni de ningún otro grupo. Es una facultad del pueblo hondureño que, a través de una consulta popular, puede determinar cuándo se va hacer. Por eso la firma del Plan Arias es congruente con mi posición en relación con las reformas que tienen que continuar.
¿Qué relación mantiene con la Resistencia?
La Resistencia me estaba acompañando antes del golpe de Estado para hacer una consulta al pueblo sobre la Constituyente, pero la decisión de hacer una Constituyente en Honduras corresponde al pueblo que es soberano. Si alguien algún día quiere hacerlo tiene que empezar con una consulta popular como hice yo.
Cuando se haga, habrá que determinar los mecanismos legales para presentar una ley en el Congreso Nacional que sea de carácter obligatorio. Pero el Plan Arias es un plan de emergencia para salir de una crisis de un Estado de facto, que al mismo tiempo no paraliza los procesos sociales, ni mucho menos puede detener lo que significa la voluntad del pueblo soberano.
Esto es algo que voy a firmar con el fin de restituir la democracia en el país y no viola todos mis planteamientos que le hice al pueblo.
El 90 por ciento de la batalla la ganó el pueblo hondureño y la comunidad internacional, y tengo fe que antes de dos semanas el problema estará totalmente solucionado en beneficio de la paz que merece el pueblo, que no puede seguir en este abismo económico y en una situación de ingobernabilidad en todo el país.
El decreto ejecutivo ha desatado una mayor represión contra los derechos del pueblo y actualmente su derogación es uno de los primeros puntos en la agenda de negociación. ¿Cree que ha sido una estrategia de la derecha nacional e internacional para desviar el asunto principal que es el golpe de Estado?
Ese decreto es el mayor abuso de poder en la historia de Honduras. Es algo inaudito. Solo se daba en los tiempos de Calígula o de Nerón, de los grandes dictadores de la prehistoria de la civilización. Es intolerable, y la humanidad entera debe exigirle al dictador que retire y clausure ese decreto.
Cuando sea restituido en la Presidencia, ¿Cómo podrá gobernar con unas instituciones controladas por los sectores que planearon y actuaron el golpe de Estado?
El principio esencial de la democracia es la división de poderes. Cuando un poder es subalterno a otro no hay democracia.
En mi gobierno, el Congreso y la Corte Suprema de Justicia siempre estuvieron en contra mía, conspirando hasta que se unieron para dar el golpe de Estado. Así que yo no vuelvo a ningún paraíso, sino a la misma situación que viví a lo largo de tres años y medio, pero con una lección aprendida, es decir que los golpes no son autorizados en la democracia, sino el debate público y el diálogo pacífico.
¿Qué papel jugaron las Fuerzas Armadas en el golpe?
Las Fuerzas Armadas se unieron a la élite económica de una manera irregular, al atender una orden de la Corte de Justicia después que yo separé del cargo al general Romeo Vásquez Velásquez.
Cuando la Corte violó esa decisión y lo restituyó se dio la primera inconstitucionalidad y el primer paso para que se diera el golpe de Estado.
¿Existen sectores internacionales que han apoyado el golpe?
Es cierto que han venido personas de afuera a apoyar el golpe, pero su origen es la ambición de un grupo económico que gobierna y que hoy quiere monopolizar no sólo la economía, sino los tres poderes del Estado. Esto es ambición pura y cruda, y se han aprovechado de una circunstancia para echarle la culpa a Venezuela, al comunismo, para decir que la Constituyente es un delito. Un montón de especulaciones para buscar una justificación al golpe.
Hoy estuvimos en el entierro del maestro Mario Fidel Contreras, una víctima más de la represión. ¿Valieron la pena todos estos sacrificios?
Los derechos humanos son una nueva conquista de la humanidad, tienen muchos enunciados y son reconocidos por todos los países del mundo, y sólo se pueden defender en regimenes democráticos, donde exista transparencia, participación ciudadana y donde el pueblo sea respetado como soberano.
La batalla que Honduras está dando por el respeto a la soberanía popular va más allá de nuestra frontera. Si fracasamos el mundo habrá perdido y tendríamos que esperar varias décadas otra vez antes de volver a no permitir el retorno a la violencia y a los golpes de Estado para parar procesos políticos.
En este sentido, los mártires y la sangre que se está derramando, el esfuerzo del pueblo y el riesgo que mi familia y yo hemos asumido tienen el objetivo de dejar huellas profundas a la humanidad, con el fin de hacer valer más los principios que los intereses particulares.
Ningún esfuerzo va a ser en vano si obtenemos el resultado esperado, y el despertar del pueblo hondureño tiene ya un valor inestimable dentro de nuestra historia. El pueblo se quitó la venda de los ojos y las élites económicas se quitaron las máscaras. Así que hoy podemos sentarnos a una mesa para hablar de la realidad con todos los actores para llegar a una conciliación y a acuerdos.
Lamentamos que los muertos y los sacrificios los puso el pueblo, mientras ellos siguen en sus banquetes disfrutando de una usurpación del poder que el mundo condena.
¿Van a quedar impunes los crímenes de la dictadura?
Hace días estuve en Chile y Argentina donde se estaban procesando los culpables de los crímenes de las dictaduras de hace unas décadas. Estos crímenes nunca van a ser olvidados y la historia, el pueblo y la ley no los va a dejar impunes.
Los candidatos presidenciales de los partidos tradicionales no pidieron su restitución y aparentemente sólo les preocupa las elecciones. ¿Cómo ve usted esta decisión?
Yo soy un demócrata. He participado en doce procesos electorales durante 30 años.
A un Presidente no lo puede poner una cúpula militar o económica. Yo creo en las elecciones como mecanismo para resolver los grandes conflictos de una nación. En este sentido mi restitución garantiza las elecciones de noviembre, permite al pueblo encontrar los caminos pacíficos y democráticos.
Los que no quieren un proceso electoral limpio y transparente y no creen en el sistema electoral y político son los que dieron el golpe de Estado, que han impuesto la represión contra el pueblo, han clausurado los medios para que no haya competencia, que tienen restringidas las libertades públicas.
Mi restitución garantiza las elecciones, y si no me restituyen la comunidad internacional y el pueblo van a desconocer esos resultados.
Los que estamos verdaderamente interesados somos nosotros, mientras que quienes están interesados en desfigurar el proceso electoral, para quedarse en el poder y desestabilizar el país, son los que están en la dictadura.
Pronto se va a vencer el ultimátum para que Brasil defina su estatus estando al interior de su embajada en Honduras. ¿Qué opina al respecto?
Mi estatus es el de Presidente electo por el pueblo. Más bien le tendríamos que preguntar a Micheletti cuál es su estatus y quién le nombró Presidente. Los Presidentes son elegidos por el pueblo, y la Constitución dice que en su ausencia absoluta, que se entiende el desaparecimiento físico, tiene que haber una sucesión Presidencial.
Sin embargo, estando el Presidente aquí con una protección de Brasil, ¿cómo puede haber otro Presidente? Yo estoy aquí con un estatus de Presidente reconocido por Brasil y me están dando protección para que no pierda la vida frente al acecho y las amenazas de este régimen.
El lunes 5 de septiembre se cumplieron 100 días de resistencia contra el golpe. ¿Qué mensaje quiere enviar?
Agradezco al pueblo hondureño y me mantengo firme. Ha sido una resistencia heroica y exigimos la restitución de Radio Globo y Canal 36, que se derogue el decreto ejecutivo y demandamos el cese a la represión. Pedimos a la comunidad internacional que sea inflexible con los dictadores durante la visita de los cancilleres de la OEA.
Giorgio Trucchi: Rel-UITA (Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines)