Una semana después de las ilegales elecciones preparadas por el régimen golpista, Honduras vive una permanente violencia. Hechos similares a los denunciados unos 50 años atrás por el periodista argentino Rodolfo Walsh revelan la puesta en práctica de una Operación Masacre en ese país centroamericano.
“Los ejecutores caminan en autos sin identificación, portando armas de alto calibre. Llegan al lugar, se identifican como policías y allí mismo ejecutan a las personas”, relató a la prensa Andrés Pavón, presidente del CODEH.
“El sistema judicial, a través de los juzgados en Tegucigalpa, no ha contestado los teléfonos. A veces quienes reciben las llamadas de denuncia son los propios militares, lo que evidencia la vinculación de las instituciones de la justicia con los crímenes cometidos.
“El diccionario de la Real Academia establece que se puede hablar de masacre con la muerte de tres personas, incluso cuando estas ocurren de manera escalonada. Nosotros estamos frente a acciones de masacre. Aquí están masacrando al pueblo hondureño, y eso, frente a la actitud pasiva de la comunidad internacional y la actitud cómplice de los Estados Unidos”, advirtió Pavón.
INSEGURIDAD SOCIAL
Durante el último fin de semana más de 30 personas fueron acribilladas a lo largo del país, lo que muestra que los niveles de inseguridad social en el marco del golpe de Estado tocan cielo. En el sector 6 de la colonia Villanueva, en la capital hondureña, las armas de fuego de los militares segaron la vida a 5 compañeros de la resistencia.
A estas persecuciones y crímenes selectivos, se une la desaparición de 6 personas en las colonias el Carrizal y Mery Flores. En uno de los casos, hombres que vestían el uniforme de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) y encapuchados, allanaron de madrugada la vivienda de Ada Martínez, activa integrante de la Resistencia, y al no encontrarla secuestraron a dos de sus familiares.
Estos escuadrones también irrumpieron en las oficinas de edición del Periódico el Libertador. El robo de información y abusos contra los empleados fueron el resultado de esta acción, semejante a la que realizan cuerpos de seguridad y paramilitares. El objetivo es desarticular la resistencia.
De ahí, que sea continuo el hostigamiento a periodistas que intentan informar sobre la ola de violencia que inunda a Honduras, como el reportero Jhony Lagos, director de el Libertador. Asimismo, Delmer Membreño, editor de ese medio de comunicación, fue secuestrado y torturado.
Estos sucesos se suman al decomiso de equipos y allanamiento de los medios Radio Globo y Canal 36, lo que hace más vulnerable la libertad de expresión e información.
Como consecuencia de las prácticas descritas, varias familias se han visto obligadas a exiliarse, a abandonar Honduras para salvaguardar sus vidas.
CONTRA LA IMPUNIDAD
En las últimas horas el CODEH ha denunciado la creación de Escuadrones de la Muerte, organizados por el régimen militar y dirigidos por ex miembros del 3-16, que operan desde oficinas públicas del Estado.
En su declaración, denuncia la complicidad del poder judicial en esta práctica que constituye delito de lesa humanidad y la imposibilidad hasta el momento de presentar “un habeas Corpus a favor de las víctimas por el Número 225-3928 extensión 121 asignado a los Juzgados Unificados de Francisco Morazán.”
“Exigimos a las Fuerzas Armadas de Honduras y la Policía Nacional dejar en libertad, sanas y salvas a las personas hoy secuestradas; tenemos pruebas, en poder del CODEH, que indican fuertes indicios de responsabilidad de parte de estas estructuras”, manifestaron integrantes de esta organización por los derechos humanos.
“La desaparición forzada está, nuevamente, enseñando su rostro de impunidad en este régimen militar, en el gobierno de facto: los impunes de ayer son los impunes del presente.”