La misiva, firmada por la Obispo Nelly Ritchie, en nombre de la Junta General de Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA), asegura que “la distancia geográfica” es superada por “la cercanía en amor cristiano” por medio del cual acompaña al metodismo hondureño ante “los acontecimientos dolorosos que sacuden a la hermana República de Honduras” sufriendo lo que ocurre en ese país “con el cual no sólo compartimos los colores de la Bandera Nacional, sino también el de aspirar a ser todos juntos, parte del Pueblo de Dios”.
Dado que Argentina es “un país que tuvo muchos golpes de estado”, la carta testimonia “de los cuidados que Dios ha tenido con nosotros en situaciones similares” afirmando que “No recordamos ningún golpe de estado en nuestra patria, que haya traído paz, prosperidad y alegría a nuestro pueblo, y menos a los hermanos más pequeños, en edad y en recursos materiales. Los hemos temido, y los hemos sufrido. Y si bien el Señor nos acompañó con mucha ternura y cuidados, hemos aprendido que nuestra responsabilidad es muy grande al hablar y al callar”.
La IEMA sostiene que “El destino de nuestra América común, como también el de nuestra iglesia, está unido y nos hace parte de una misma historia que Dios nos llama a construir” por lo que “De todo corazón queremos hacernos presentes a ustedes desde acá y nos ofrecernos en lo que Uds. crean necesario”
Al exhortar a los y las metodistas hondureñas para “que se esfuercen y sean valientes” el metodismo argentino señala que “La legitimidad constitucional no es el Reino de Dios, pero preservarla es lo mejor que podemos hacer para que el Señor, más que nuestros actos, siga cuidando a su pueblo”.
La epístola finaliza con “Un viejo proverbio bíblico “ que dice que “El que perturba su casa, heredará el viento… (Prov. 11:-29). Esta sabiduría es patrimonio del pueblo cristiano desde hace mucho, y queremos regalarles el texto en estos momentos de angustia” y saluda “¡En la Esperanza del Dios de la Vida!”