Por Yuliet Teresa Villares
Hay que tener mucho valor o, mejor dicho, hay que ser Paquito en tantas cosas. El de Cuba, el que dice lo que piensa, el que logra conectar con la gente. Paquito no se esconde. Hay quienes dicen que Mariela Castro tiene un demonio por dentro por eso de andar “defendiendo a los homosexuales”, otros quieren anclar estacas al suelo porque eso de ser “gay” es un pecado horrendo. ¿Se han fijado en el blog de Paquito el de Cuba? Ese sí que es gay, de los buenos. Comunista, dice y además, un tipo con coraje. Porque hay que defender lo que primero pasa por el cuerpo, y en eso está diez pasos por encima de cualquiera.
Ni siquiera lo conozco personalmente, no me hace falta. En sus palabras me siento reflejada, pesan lo suficiente como para no parar de leerle. Ya casi cumple 49 o 50 de edad, un “purito millenial”, y se hace unos regalos maravillosos. Ayer publicó un post que me llenó de felicidad al leerlo. Solo le pude dar dos pantallazos (Etecsa todavía pasa facturas excesivas para los que perseguimos a gente buena en sus blogs desde el móvil). Aunque sea un día después, le felicito no solo por su constancia, dedicación y por hacer vivir un blog durante una década (que nada fácil es); mi mayor alegría es porque no ha cambiado su estilo, su vigor, su palabra certera (aunque unas cuantas veces discrepe), su defensa de la vida y, lo mejor, hacer brillar a un país que todavía se debate políticamente sobre diversidad y justicia de género.
“Sé, además, que nunca más estaré solo en ese propósito, y eso me hace extremadamente feliz, porque ese es, en definitiva, el mejor regalo que podía recibir”; dice al final de su texto de aniversario y sí, te lo confirmamos todos los que te leemos desde el otro lado de la pantalla: No estás solo Paquito, no estás solo.
¿Quién es Paquito según él mismo?
Soy Paquito, el de CUBA; martiano y periodista; comunista y gay; ateo convencido y supersticioso ocasional; padre de un hijo varón a quien adoro y pareja desde hace más de quince años de un hombre seronegativo que me ama; paciente de SIDA desde el 2003 y sobreviviente a un linfoma no Hodgkin; profesor universitario y alumno de la vida; seguidor de los temas económicos cubanos y apasionado devorador de literatura universal; opinático incontinente y beligerante mesurado; amigo de mis amigos y compasivo con mis enemigos; equivocado muchas veces y arrepentido nunca; optimista empedernido y entusiasta eterno; vivito y coleando; en fin, otro tipo normal y corriente, que quiere compartir contigo su historia, opiniones y anhelos…