No tenemos suficiente capacidad para procesar envíos de tweets vía SMS con códigos largos, dice el mensaje de Twitter que alude de manera críptica a un problema puramente técnico de la red social, y se compromete a solucionarlo.
El comunicado se produce un día después de que la agencia EFE y numerosos medios de prensa en el mundo, se hicieran eco de declaraciones que acusaban a la Isla de censurar la red social, sin siquiera contrastar sus fuentes.
De hecho Havana Note había publicado el martes un artículo de Tomás Bilbao, ex funcionario de la administración de George Bush y director ejecutivo del “Cuba Study Group”, que sin fundamentos acusaba al gobierno de Cuba de bloquear los envíos de mensajes a Twitter vía celular y arremetía contra el gobierno de la Isla, sin siquiera verificar si se trataba de una posible intervención del gobierno de los Estados Unidos mucho más lógica, que persigue con saña y sanciona a las empresas norteamericanas que brindan tecnologías o servicios de telecomunicaciones a la Isla.
Vale recordar que la llamada Ley Torricelli o “Ley de autorización y de defensa nacional para el año fiscal 1992″, permitió la conexión de la Isla a la Red, por vía satelital, con el condicionamiento de que cada megabyte (rango de velocidad de conexión) debía ser contratado a empresas norteamericanas o sus subsidiarias y aprobado por el Departamento del Tesoro. Estableció limitar esa contratación y decidió sanciones extraordinarias multas de 50 000 dólares por cada violación para quienes favorezcan, dentro o fuera de EEUU, el negocio electrónico o el más mínimo beneficio al gobierno de la Isla y a los ciudadanos que lo apoyan.
En marzo de este año, Estados Unidos levantó ciertas restricciones dispuestas por esa misma Ley Torricelli. El nuevo reglamento del Departamento del Tesoro -Sección 515 de las Regulaciones de los bienes cubanos, de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) -, levanta las sanciones contra las empresas que faciliten gratuitamente aplicaciones de correo electrónico, chat y similares, Twitter entre ellas, pero estas no pueden facilitar conexiones telefónicas de ningún tipo, incluidos los SMS.
Esto lo conocen perfectamente Bilbao y su “Cuba Study Group”, una organización asentada en Washington que publicó en julio pasado un informe de 58 páginas donde proponen a la administración de Barack Obama nuevos mecanismos para aliviar algunas sanciones. Saben perfectamente que la retórica de Obama en torno a la supuesta flexibilidad de las sanciones contra Cuba en el ámbito de las telecomunicaciones significa mucho ruido y pocas nueces.
El bloqueo no se ha movido aquí ni un milímetro, y la propuesta del “Cuba Study Group” a Obama es utilizar la Internet como plataforma de subversión en Cuba, blindar financieramente a los llamados blogueros y tuiteros disidentes y propiciar el cambio de gobierno en la Isla. Para lograr esto, necesitan levantar ciertas restricciones financieras o de lo contrario no lograrán involucrar a las empresas de telecomunicaciones norteamericanas, clave en el desarrollo de las tecnologías para imponer “la democracia” al estilo USA.
De modo que en lo que parecía ser “un ataque de histeria”, como lo llamó atinadamente un lector de Havana Note, Bilbao hasta le dijo a la agencia EFE que él había enviado sendas cartas a Twitter y al Departamento de Estado para que investigaran el supuesto cierre de este servicio desde la Isla.
Por desgracia para él y para quienes querían sacarle partido a la mentira, la agencia Prensa Latina divulgó casi inmediatamente las declaraciones del viceministro cubano de la Informática y las Comunicaciones, José Luis Perdomo, quien descartó que Cuba hubiese bloqueado el acceso a las redes sociales en Internet, mientras denunciaba los obstáculos a las comunicaciones impuestos por el bloqueo estadounidense.
“Cuba no bloquea el acceso de ningún ciudadano al envío de mensajes a las redes sociales en Internet como Twitter o Facebook y ello es una calumnia que se ha levantado contra nuestro país”, dijo el viceministro.
Perdomo aclaraba un elemento fundamental: Twitter no ha hecho ningún acuerdo con la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) como sí lo tiene con decenas de otras empresas en el mundo que permitan el servicio gratuito desde teléfonos celulares para enviar mensajes a esas redes, porque se lo impiden las leyes del bloqueo norteamericano contra Cuba.
Ante las abrumadoras evidencias, Bilbao, que también fue jefe de campaña del senador Mel Martínez de origen cubano y furioso enemigo de la Revolución, se vio obligado a hacer su mea culpa en Havana Note.
“Este incidente escribió muestra el peligro de sacar conclusiones antes de tener todos los hechos. En un artículo que publiqué ayer por la noche en Havana Note, titulado: ‘Gobierno de Cuba puede haber bloqueado el acceso a Twitter via SMS‘, fui demasiado rápido en la sospecha de la participación del gobierno cubano en la interrupción del servicio, en lugar de seguir otra alternativa, que en retrospectiva fue la verdadera culpable”.
La realidad es que en menos de 24 horas se desinfló la nueva campaña para presentar a Cuba como enemigo de la Internet. La mentira tiene piernas cortas y “toda la historia (de Bilbao y compañía) es una falacia”, escribió un lector en Havana Note. “Es increíble añadió cómo el Imperio bloquea a Cuba y luego la acusa de las consecuencias. Es como negar alimentos a un hombre y después culparlo de tener hambre.”