El mayor motor de búsqueda y el más usado de Internet, el gran megabuscador que pronto cumplirá diez años, ha bloqueado una serie de servicios que son inaccesibles desde Cuba, sin que haya una explicación clara al respecto.
Un escueto cartel en inglés informando que «Lo sentimos, pero este servicio no está disponible para su país» aparece cuando uno intenta acceder desde algún servidor de la Isla a utilidades del megabuscador tan conocidas como Google Earth, Google Destktop Search, Google Code o Google Toolbar.
El sitio, famoso en todo el mundo por ofrecer de forma sencilla y rápida la posibilidad de encontrar información en más de 8 168 millones de páginas web, es consultado diariamente más de 200 millones de veces. Pero además ofrece a sus usuarios otras facilidades como buscar códigos-fuente gratuitos, ver mapas y fotos aéreas, ubicar publicidad on line o hallar lo perdido en nuestra propia computadora. Estas opciones, en cambio, no están disponibles para los cubanos.
Gigante informático
Google es considerada por muchos un ejemplo de empresa de nuevas tecnologías. Fue fundada el 27 de septiembre de 1998 por Larry Page y Sergey Brin, dos estudiantes de doctorado en Ciencias de la Computación de la Universidad de Stanford. En el garaje de un amigo, y con contribuciones de familiares y amigos, crearon el primer sitio gracias a un algoritmo de búsqueda elaborado por ellos.
Al principio, ocho personas constituían todo el personal de Google, y sus instalaciones no pasaban del garaje primero, y una modesta oficina después. Hoy constituyen una megaempresa con cientos de empleados, con su sede central en California, Estados Unidos, y filiales en Dublín, Irlanda, y en Buenos Aires, Argentina.
Sus ganancias están consideradas entre las más altas del sector informático; es la empresa más valiosa en la Bolsa de Valores, y últimamente se ha expandido con varias compras o fusiones, como la adquisición en octubre de 2006 de la famosa página de videos Youtube por 1 650 millones de dólares, o en abril de 2007 de la empresa DoubleClick, especializada en publicidad por Internet, por la cual pagó la friolera de 3 100 millones de dólares.
Además, Google trabaja en proyectos de gran significación, entre estos el desarrollo de herramientas on line de procesamiento de texto, información e imágenes, que desafían el poder del Microsoft Office y Windows, así como se ha convertido en referente mundial de noticias con su servicio Google News.
A todo habría que agregarle una visión cada vez más global del mundo virtual, con el lanzamiento de utilidades muy importantes, como los traductores on line (Google Translate), la búsqueda de libros e informaciones escolares, la técnica que permite ubicar una página en una buena posición de un buscador, también conocida como PageRank, o la creación de sitios locales en cada país, incluyendo Cuba.
Sin embargo, y a pesar de su filosofía aparentemente liberal, Google está enclavada en Estados Unidos, y por ende no solo responde a sus leyes, sino que cada vez se hacen más fuertes las denuncias de colaboración con sus políticas, incluyendo el espionaje a supuestos terroristas.
Listado prohibitivo
Una simple solicitud de acceder a determinados servicios de Google desde un servidor cubano dará como resultado una cortés pero tajante negativa en varios de estos. Entre los productos prohibidos están:
Google Earth: Este programa, que según dice en su página «se descarga libremente», muestra imágenes aéreas de alta calidad de todo el mundo captadas por satélite, incluyendo de Cuba y hasta de lugares sensibles para la seguridad nacional. Sobre esas imágenes se puede colocar una larga lista de sitios de interés, como carreteras u hoteles, y además se puede acercar u alejar un objetivo, insertar marcas, e imprimir las imágenes y mandarlas por correo. Google Earth desde agosto de 2007 también ofrece la posibilidad de acceder a Sky, un telescopio virtual que permite a los usuarios ver virtualmente el cielo del mismo modo en que se vería desde la Tierra.
Google Desktop: Esta herramienta da la posibilidad de encontrar texto en mensajes de correo electrónico, archivos del equipo, chats y páginas web que se han visitado por el usuario, lo que evita tener que organizar manualmente archivos y mensajes.
Google AdSense: Este servicio para webmasters y empresas de publicidad vía web se caracteriza por ser un espacio en el que se muestra texto con el aspecto de una búsqueda en Google, en el cual aparecen los vínculos de los anunciantes. A través de él los webmasters reciben un pago por cada click que se haga en los links de AdSense de su web, algo que está vetado por el bloqueo norteamericano.
Google Adwords: Herramienta rápida y fácil de utilizar que permite adquirir anuncios de coste por clic (CPC) o coste por impresión (CPM) correctamente orientados, independientemente de cuál sea su presupuesto. Al no existir las normales relaciones comerciales, los productos o empresas cubanas no pueden acceder.
Google Code Search: Este buscador dentro del megabuscador fue lanzado el 5 de octubre de 2006 y permite a los usuarios de la web buscar código Open Source o libre a través de internet. Esto permite a los desarrolladores de programas intercambiar conocimientos y aprovechar las experiencias de otros.
Google SketchUp: Este software gratuito de Google permite diseñar estructuras en Tercera Dimensión (3d). Es una pequeña muestra de un programa original especialmente diseñado para el modelado de edificios en tres dimensiones, los cuales pueden ser georeferenciados y colocados sobre las imágenes de Google Earth, para ver cómo quedarían en su entorno.
Límites extraterritoriales
Los anteriores constituyen apenas una muestra de algunos de los programas vetados por Google a Cuba. Muy curioso resulta que algunos, como Google Earth o Google Desktop, no fueron prohibidos de primera intención, pues durante varios meses desde su puesta en práctica los nacionales pudieron descargarlos, algo que no es posible hoy.
Irónico resulta, por ejemplo, que otras facilidades como el Google Code Search, que supuestamente promueve las bondades del software libre, entre estas el libre intercambio de conocimientos, contradiga con su negativa a un movimiento del que los creadores de Google se han dicho siempre defensores.
Algunas de estas negativas, como la de no poder descargar aquellos programas que facilitan la publicidad, y por tanto implican pagos, pudieran explicarse de manera más fácil por las leyes del bloqueo, que impiden cualquier transacción comercial. Pero, ¿es que acaso estas leyes también sean aplicables cuando se trata de terceros países como España y Argentina?
En el caso del país ibérico, por ejemplo, el Google Desktop reza en su acápite de Términos y Condiciones que estas «serán reguladas por e interpretadas de acuerdo con la legislación española y las Partes, con renuncia expresa a cualquier otro fuero que les pudiera corresponder, se someten a la jurisdicción exclusiva de los Tribunales españoles para cualquier disputa o litigio que pudiera surgir derivado del presente Contrato, de acuerdo con la normativa que le resulte de aplicación».
Eso significaría que la negativa de Google a ofrecer este programa a Cuba podría estar violando las leyes españolas, pues entre Cuba y ese país no existe ningún tipo de limitación comercial que impida intercambiar productos.
Otro tanto sucede con Argentina, país donde radica la sede de la administración de muchos servicios de Google, y a cuyas leyes nacionales estaría sujeta la empresa, por lo cual negar algún servicio en virtud de la Helms-Burton u otra absurda disposición norteamericana sería de hecho violar las del país suramericano.
Pregunta sin respuesta
Sería absurdo no reconocer la enorme utilidad de Google como herramienta indispensable hoy para la adquisición e intercambio de conocimientos en esa autopista mundial de la información que es Internet.
Precisamente esa es la intención de los cubanos al acceder a este cada día, e incluso la del propio gobierno de la Isla, quien facilitó a Google que tuviera una página personalizada bajo el dominio nacional .cu.
Cabría entonces preguntarse por qué el megabuscador no responde igual, y facilita a los nacionales acceso a todas sus prestaciones. ¿O es que acaso ahora también Google nos bloquea?
Fuente: Juventud Rebelde