Hoy ha sido uno de esos días dolorosos para el movimiento social y popular hondureño y continental. No hay palabras para tanto dolor e indignación. Berta nos mostró el camino permanente e inclaudicable por la defensa de los bienes comunes de la naturaleza. De esas otras formas de poder, desde abajo, desde el corazón, la lucha y el pensamiento de los pueblos.
Vimos a Bertita a inicios de la batalla anti neoliberal de la década del 90. Como lo hemos venido planteando en varios de nuestros encuentros y reuniones continentales y regionales, este país llamado Honduras vive una crisis histórica de intervenciones imperialistas agudizada con el Golpe de Estado del 2009 y descarnadamente impulsada por el actual gobierno de Juan Orlando Hernández donde la criminalización de la protesta y la lucha del movimiento social y popular forma parte de esa agenda perversa de despojo y violencia de Estado.
Lo que ha sucedido con Berta, es un crimen político, un crimen de odio en contra de una compa, de una hermana indígena que desafió las políticas neoliberales del gran capital en contraposición con la vida.
Este día, organizaciones del movimiento social y popular, el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP9 y el Partido Libertad y Refundación (LIBRE) hemos estado cerca de nuestra hermana que no se va, de la hermana que se queda entre todas y todos. Mañana estaremos en La Esperanza, Intibucá, con nuestros hermanos y hermanas lencas, con su familia.
Compas, gracias por la solidaridad internacional, por levantar sus voces de denuncia, de indignación y de repudio.