Como movimiento ecuménico, siempre sentimos cercano a Fidel por su firmeza y
constancia en la lucha por la unidad, la justicia, la paz y el amor hacia el ser
humano, que son los mismos valores y principios de la fe cristiana.
Solamente podremos honrar su legado desde el compromiso patriótico con su
pensamiento y obra, en la convicción de que, como a él, Dios nos confortará y nos
guiará por sendas de justicia por amor de su nombre, y que el bien y la
misericordia nos guiarán todos los días de nuestras vidas (cf. Salmo 23, versos 3 y
6).
“…Porque este Dios, es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aún más allá de la muerte” (Salmo 48:14).
Con gratitud por su vida, ¡hasta siempre, Fidel!
Fraternalmente,
CONSEJO DE IGLESIAS DE CUBA
Joel Ortega Dopico,
Presidente.
La Habana, 26 de noviembre del 2016